La Teoría del Libre Movimiento propuesta por Emmi Pikler en los años 40 no difiere en absoluto con lo que se practica hoy en día con la estimulación temprana o estimulación oportuna.
Es importante que no se mal entienda la Teoría del Libre Movimiento por varias razones:
Emmi Pikler fue una pediatra que sin duda dio grandes aportaciones para el desarrollo del niño y su teoría en la que se promueve respetar el propio ritmo y permitir que los bebés vayan descubriendo sus posturas y movimientos de forma natural, pero eso no significa que las mamás NO deban brindar estimulación a sus pequeños.
Además, fue directora de una casa cuna en donde 1 adulto debía cuidar a varios bebés al mismo tiempo y en esa misma época René Spitz descubrió el síndrome del hospitalismo en casas cuna.
En dichas casas, los bebés presentaban signos y síntomas de depresión debido a que, aunque recibían los cuidados básicos, pasaban mucho tiempo solos dentro de cunas, sin recibir la cantidad necesaria de abrazos, caricias y de interacción bebé – adulto.
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Por las razones anteriores, Emmi Pikler decidió que en lugar de pasar el tiempo solos en sus cunas, los bebés tenían que convivir entre ellos en un área determinada con materiales específicos para mantenerlos estimulados y así evitar el hospitalismo.
Fue entonces que se dio cuenta que no es necesario intervenir, ya que los bebés se desarrollan a su propio ritmo y conforme van madurando van adquiriendo diferentes posturas hasta lograr caminar por sí mismos.
Lo más conveniente para estos pequeños era colocarlos boca arriba en el piso (con colchonetas) ya que acostarlos boca abajo para algunos era incomodo y si presentaban reflujo era peligroso, pues como se mencionó antes, una sólo cuidadora estaba al frente de varios bebés.
Los más grandes se arrastraban, gateaban, se paraban o caminaban libremente explorando juguetes y objetos que tenían a su alcance. Esto evitaba que permanecieran solos y limitados en sus cunas.
La polémica de la estimulación temprana
El término estimulación temprana causó mucha controversia pues en un inicio se utilizaba para apoyar a niños que habían nacido prematuros o que tenían algún tema específico que limitaba su desarrollo.
Por eso, al darse cuenta de los logros que tenían estos pequeños, se abrió la posibilidad de trabajar diferentes áreas del desarrollo con bebés “regulares” con el fin de mostrar cómo acompañarlos a través de las diferentes etapas.
La palabra temprana acompañando a la palabra estimulación, hacía pensar que se estaba adelantando o enseñando al bebé cosas que no correspondían a su edad.
Por esta razón se cambió el término a estimulación oportuna y hoy la palabra estimulación parece que vuelve a crear controversia ya que si la teoría del libre movimiento se mal entiende, pareciera que indica que a un bebé no se le estimula.
La estimulación oportuna no pretende que el bebé se siente, gateé o camine antes de que esté listo para hacerlo, pero sí brinda herramientas y conocimientos a las madres para que sepan cómo acompañar a su crío respetando su ritmo y maduración.
Citando a Pikler la estimulación oportuna, al igual que la teoría del libre movimiento, ofrece un acompañamiento atento y apoyo en el desarrollo psicomotor; la actividad autónoma y los cuidados cotidianos.
La falta de estimulación inhibe procesos en el desarrollo del bebé y niño pequeño y evita que posteriormente se desarrollen otros, dejando como consecuencia retardos. Y es que existen periodos clave en los que hay ventanas de oportunidad para que los bebés desarrollen ciertas habilidades.
No olvidemos que los bebés no hacen cosas para las que su cerebro no esté listo y maduro, por más estimulación que reciban, ningún bebé va a gatear o caminar antes de que esté listo para ello.
A un bebé NO se les puede sobreestimular pues la sobreestimulación los incomoda e inquieta.
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Es cierto que cada bebé tiene su propio ritmo y que no debemos compararlo, pero hay patrones de desarrollo que siguen ciertas pautas a tomarse en cuenta, por ej: si un bebé de 3 meses no logra sostener la cabeza por sí mismo, si después de los 10 meses no logra sostenerse solo sentado o si no camina después de los 18 meses.
De hecho, el cerebro del bebé está listo para interconectarse y crear redes neuronales que ayudaran a la maduración y aprendizaje y por eso necesita interactuar con su entorno.
El libre movimiento, al igual que la estimulación oportuna, evita que se limite el movimiento del bebé con el uso indiscriminado de herramientas que le podrían dar soporte.
Alejandra E. Angers Franzoni
Comunicación Humana, Neuroaprendizaje, Neuropsicología
Consciencia Plena Aplicada.
Creadora de Leopa.