La alta sensibilidad o literal “ser muy sensible” es un rasgo de la personalidad, es una forma de ser, no una enfermedad y tiene que ver con la manera de percibir y procesar la información que lo hace diferente a los demás, por lo que son interpretados como mas aprehensivos, nerviosos, intolerantes y la experiencia no siempre es placentera (principalmente para ellos). Ser altamente sensible involucra a todos los sentidos, es un rasgo que tienen 2 de cada 10 personas, hombres y mujeres por igual.
El término “PAS” (persona altamente sensible) fue acuñado por la doctora Elaine Aron, psicóloga americana a mediados de los años 90, del que se deriva el término “NAS” niños altamente sensibles que, por lo general, presentan estas cuatro características:
1.Profundidad de procesamiento: analizan las situaciones antes de emprender una acción concreta.
2. Intensa emocionalidad y empatía: sienten las diferentes emociones de una manera muy intensa y sienten empatía con mucha facilidad.
3. Presentan una gran sensibilidad ante las sutilezas, tiene que ver con la belleza o lo agradable de las cosas, personas o situaciones.
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4. Sobre estimulación o saturación: al procesar la información de manera profunda, ambientes cargados de estímulos pueden saturarlos ya que registran todos los estímulos sin aplicar ningún tipo de filtro (sonidos, luces, olores, personas, instrucciones, opciones para elegir), todo lo que pueda ser demasiado.
Otras conductas o actitudes que se suman son:
♥ No toleran la luces brillantes, olores fuertes y ruidos. Reaccionan a las texturas que les incomodan en la ropa, a olores desagradables para ellos y a cualquier estímulo fuerte.
♥ Pueden parecer o ser personas introvertidas o tímidas.
♥ Suelen ser de personalidad artística, disfrutan del contacto con la naturaleza y son empáticos con la tristeza o la necesidad ajenos.
♥ Tienen un alto sentido de la justicia y de la inclusión.
♥ Su personalidad empática les dificulta poner límites claros. Les cuesta decir “no”.
♥ Ser altamente sensible NO es sinónimo de ser muy inteligente o de capacidades especiales.
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TEST: ¿Cómo saber si mi hijo es un ALTAMENTE SENSIBLE?
1.¿Disfruta estar en la naturaleza?
2. ¿Le gustan mucho los animales?
3. ¿Se altera si no duerme bien o suficiente?
4. ¿Le incomodan los ruidos fuertes y constantes?
5. ¿Se asusta fácilmente o toma precauciones antes de hacer algo?
6. ¿Trabaja en equipo o compite?
7. ¿Pide tiempo a solas?
8. ¿Es sensible al dolor?
9. ¿Realiza preguntas inusuales para su edad?
10. ¿Se pone triste con facilidad?
11. ¿Sigue instrucciones?
12. ¿Muestra interés por el arte?
13. ¿Tiene los sentidos muy desarrollados?
14. ¿Le resulta sencillo comprender conceptos complejos?
15. ¿Destaca su capacidad creativa e imaginativa?
16. ¿Tiende a ser perfeccionista y ordenado/a?
17. ¿Es empático con las emociones de los demás?
18. ¿Las críticas le afectan?
19. ¿Piensa mucho antes de tomar una decisión?
20. ¿Disfruta estando solo/a?
21. ¿Se queja de la ropa (textura, material, corte)?
22. ¿Vive las emociones con intensidad?
Un niño altamente sensible puede llegar a ser tan diferente que los demás lo notan, a veces les juega en contra y son blanco fácil de bullying o conductas abusivas por sus pares, o se les considera débiles de carácter, cuesta trabajo insertarlos en grupos sociales grandes o ruidosos; les cuesta trabajo participar en equipo. Si notas que tu hijo o hija es un NAS respira. No es algo que tienes que “arreglar” sino identificar e informarte mejor para darle un trato más dedicado a su alta sensibilidad.
Todos necesitamos sentirnos queridos y protegidos para poder confiar en el mundo, pero los bebés y niños muy sensibles presentan un plus en la demanda de atenciones que sus padres tienen que cubrir. Un vínculo afectivo seguro contribuirá a su estabilidad emocional como adultos. Es muy importante ayudar a estos niños a conocerse mejor y a buscar estrategias para tener una vida más confortable y desarrollar sus maravillosas capacidades. NO interpretes todo como excesivo, intenso al máximo, o hasta insoportable, aprender a tratar la alta sensibilidad puede hacer toda la linda diferencia.
Un abrazo, Karla Lara
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