Te interesa: Cómo ayudar a que tu hijo respire mejor
¿Por la nariz o por la boca?
Respirar por la nariz es la forma natural y más sana de hacerlo. Cuando tu hijo respira así, el aire entra filtrado, húmedo y con la temperatura ideal. Además, su lengua se apoya en el paladar, lo que estimula el crecimiento correcto de la mandíbula y la cara.
Pero cuando respira por la boca se rompe ese equilibrio. La lengua baja, la boca se queda abierta y los huesos de la cara no crecen de forma armónica. Esto puede generar varios problemas:
- Mandíbula estrecha
- Paladar alto
- Dientes desalineados
- Carita alargada o con ojeras
- Respiración más ruidosa o ronquidos
¿Cómo saber si tu hijo está respirando mal?
Entre los 0 y los 5 años, tu hijo todavía está formando su estructura facial. Por eso es tan importante detectar a tiempo cualquier alteración. Estas son algunas señales de que está respirando por la boca:
- Tiene la boca abierta durante el día o mientras duerme
- Ronca, aunque no esté enfermo
- Se despierta varias veces en la noche
- Tiene la lengua baja o salida
- Se le ve cansado a pesar de dormir suficiente
- Su pañal amanece muy mojado
También puede tener infecciones frecuentes, congestión nasal constante o usar el chupón más tiempo del recomendado.
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Durante los primeros cinco años de vida, los huesos de la cara están en pleno crecimiento. La posición de la lengua, el cierre de los labios y el tipo de respiración influyen directamente en cómo se forman esos huesos.
Si se detecta a tiempo, el cambio es posible. Pero si no se corrige, puede llevar a problemas más grandes en la infancia y adolescencia: desde apnea del sueño hasta dificultades para masticar o hablar.
¿Qué puedes hacer?
- Fomenta la respiración nasal desde bebé (evita taponamientos constantes, consulta si hay pólipos o alergias).
- Limita el uso de chupón y biberón después del primer año.
- Promueve la lactancia materna si está en tus posibilidades.
- Observa si tu hijo mantiene la lengua arriba y los labios cerrados.
Si notas algo raro, ve con tu pediatra. Él puede recomendarte un otorrino o un terapeuta miofuncional.
Pensar que esto es solo un tema estético sería quedarse en la superficie. La respiración bucal afecta cómo duerme tu hijo, cómo se alimenta, cómo habla e incluso cómo se comporta durante el día.
La forma en que respira tu hijo menor de 5 años puede cambiar su cara, pero también su salud completa.