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Cómo prevenir la mamitis
Relájate y permite que las personas con quienes convive normalmente lo carguen e interactúen con él bajo tu supervisión. De vez en cuando deja que alguien de tu entera confianza, lo cuide. Puede ser tu mamá, hermanos, mejor amigo, alguien a quien le tengas toooda la confianza del mundo. No tiene que ser a dormir, puedes irte una hora al súper o hacerte un manicure.
Cuando salgas, no olvides despedirte de él, porque aunque creas que es mini, se da cuenta. Dile: “Ya me voy, nos vemos al ratito”. Al regresar, que se dé cuenta: “¡Ya regresé!”.
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Si es muy chiquito, no lo comprenderá como un niño que ya habla, pero podrá asociar signos, sonidos, gestos y eventos y le costará menos trabajo cuando crezca. Si ya es grande, seguramente va a llorar o hacer berrinche, hasta pedirte que no te vayas, pero explícale que no pasa nada y regresas en un ratito.

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¿Qué hacer si tiene mamitis?
Piensa que la angustia que muestra es real, no es un chantaje ni resultado de estar malcriado, mejor…
- Platica con los adultos que no acepta para que se acerquen a él de otro modo, pídeles que en lugar de cargarlo inmediatamente, se aproximen poco a poco y le hablen antes para que los reconozca
- Ten fotografías de tus personas más cercanas en casa y enséñaselas con frecuencia para que se acostumbre a su imagen, haz videollamadas con ellos para que también conozca sus voces
- Emociónate mucho cada que ves a la persona con la que quieres que establezca un vínculo afectivo; así entenderá que es alguien de confianza
- Explícale que te irás aunque llore; no lo hagas a escondidas porque si lo experimenta varias veces, preferirá mantenerse pegado a ti para vigilarte
- En caso de que tengas que hacer algún viaje, es importante dejarlo con alguien con quien también tenga un lazo afectivo y conozca bien. Si no es posible que se quede en tu propia casa, llévale sus objetos más cercanos: juguetes, cobija, utensilios, etc.
Esto, como todo con los niños, es un proceso, por lo tanto, tienes que dejar que a veces llore o te diga que no quiere que te vayas y aun así irte. Piensa que al final, todo lo haces para que sea independiente sin dejar de sentir tu apoyo. El apego importa porque de este depende la forma en que tu hijo se relacionará de adulto, por eso es importante que le refuerces los sentimientos de seguridad. Claro que duele cuando tu hijo ya no depende al cien de ti, pero piensa que no le vas a durar toda la vida, ¿quién no quiere un hijo independiente?