El enojo y el cerebro de los niños
Los toddlers tienen las partes del cerebro necesarias para sentir emociones fuertes de repente, pero aún no está lo suficientemente desarrollado para controlarlas.
Ellos no tienen la capacidad de expresar con calma cómo se sienten cuando están enojados. Es demasiado complejo para sus cerebros. Para que lo puedan lograr tienen que hacer lo siguiente:
- Identificar la emoción que siente
- Detener un impulso fuerte
- Tener conocimiento sobre lo que siente
- Poder expresarlo con palabras
¿Cómo ayudarlos a manejar el enojo?
De acuerdo con Emily Edlynn, psicóloga clínica en New York, hay un concepto clave en el desarrollo infantil: el andamiaje. Esto significa apoyar a los niños para que aprendan nuevas habilidades, según lo que ya saben y lo que están listos para aprender.
Cuando tu hijo deja de pegar o gritar, y en su lugar empieza a hacer gestos o sonidos para mostrar su enojo, ya diste un gran paso. Eso también es manejar el enojo. Ahora quizás te preguntas: ¿cómo llevarlo al siguiente nivel?
Es importante saber que esperar que un niño de 3 años exprese su enojo solo con palabras y calma puede ser muy difícil. Por eso, es mejor enfocarse en dos objetivos clave:


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Ayudarlo a regular físicamente sus emociones fuertes:
Esto significa enseñarle a calmar su cuerpo cuando siente enojo. Respirar profundo, abrazar un peluche o alejarse del lugar del conflicto son herramientas que puede aprender. Esto le servirá no solo hoy, sino toda la vida. -
Enseñarle a adaptarse al enojo:
Los niños aprenden mucho observando. Si tú manejas el enojo de forma tranquila y respetuosa, tu hijo lo notará. Cuando tu como papá pones el ejemplo, es la mejor manera de enseñar.
Sentirse enojados también se vale
Uno de los mejores regalos que puedes dar como mamá o papá es enseñarle a tu hijo que sentir enojo está bien.
¿Cómo se logra? Aceptando sus emociones sin minimizar ni reaccionar con enojo. En lugar de decir “¡No es para tanto!”, intenta validar lo que siente: “Entiendo que estás enojado, eso es difícil”.
Estar presentes durante esos momentos, sin gritos ni escapes, les enseña que el enojo no es peligroso y que se puede manejar. Y recuerda: todas las emociones se valen, pero no todos los comportamientos. Puedes decirle: “Está bien estar enojado, pero no se vale pegar”.
Una vez que se calme, ayúdalo a poner en palabras lo que sintió. Así aprenderá a reconocer sus emociones y a manejarlas mejor cada vez.