Conoce todo sobre las vacunas en los bebés prematuros
Incluso, “estos bebés deben recibir dosis de refuerzo adicionales de ciertas vacunas para alcanzar niveles de anticuerpos protectores cercanos al 100 por ciento, como en el caso de la vacuna contra neumococo”, explica la pediatra e infectóloga, Vianey Escobar Rojas, del servicio de pediatría del Hospital Zaragoza del ISSSTE.
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Tipos de prematuros
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La entrevistada explica que el recién nacido prematuro se considera como tal cuando nace antes de las 37 semanas de gestación. A su vez este puede clasificarse como “prematuro extremo” si nace antes de las 28 semanas de gestación, “muy prematuro” entre las semanas 28 y 31, “prematuro moderado” de la semana 32 a la 36 y dentro de este mismo rubro, se considera al “prematuro tardío” de la semana 34 a la 36.
En cuanto a las vacunas en los bebés prematuros, si el bebé pesa menos de un kilogramo o nació antes de la semana 28 deberá esperar dos meses para comenzarlo a vacunar. “Pero si el recién nacido pesó más de dos kilos, tiene mayor edad gestacional y no está hospitalizado puede comenzarse a inmunizar al nacimiento”, precisa la experta e indica que a partir del inicio de la vacunación, el prematuro se deberá vacunar como corresponde de acuerdo a su edad cronológica.
El pequeñito, estado inmunológico frágil
El bebé prematuro tiene un sistema de defensa muy inmaduro, puesto que al haber nacido antes de completarse sus semanas de gestación, no tiene —comparado con el recién nacido de término— un nivel suficiente de anticuerpos transferidos por la madre que lo proteja contra algunas enfermedades infecciosas durante sus primeros meses de vida.
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“Por estos motivos, el prematuro es altamente vulnerable a adquirir infecciones graves que hoy día representan una de las causas más frecuentes de mortalidad en este grupo de pacientes. Muchos de estos padecimientos pueden prevenirse aplicando las vacunas en los bebés prematuros; además, estos pacientes tienen una adecuada respuesta para formar anticuerpos al administrárseles las vacunas”, destaca la experta quien es miembro de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica
A partir del segundo mes en México y en el resto del mundo
En México se siguen las pautas indicadas por los organismos internacionales, por eso “la vacunación del “prematuro extremo” y “muy prematuro” debe llevarse a cabo a partir del segundo mes de vida, con las mismas dosis, y con los mismos intervalos de tiempo de administración de un recién nacido de término, aun estando hospitalizado, siempre y cuando su condición clínica sea estable. Las vacunas que se deben administrar son todas las que se contemplan en la Cartilla Nacional de Vacunación, con refuerzo adicional en el caso de vacuna contra neumococo y en casos especiales la de hepatitis B», afirma Escobar Rojas.
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En México se registran más de 120 mil nacimientos prematuros al año, lo que representa entre 7-13% de los nacimientos totales aproximadamente. “Existen muchos factores que han contribuido al número cada vez mayor de nacimientos de niños prematuros en México y el mundo. Entre los cuales están: edad materna menor de 17 años y mayor de 35 años, mujeres embarazadas con padecimientos crónicos como diabetes o enfermedades autoinmunes, infecciones durante el embarazo, tabaquismo, alcoholismo, drogadicción y el uso cada vez más frecuente de técnicas de fertilización in vitro”, destaca la experta.
Además de cumplir con el esquema de aplicar vacunas en los bebés prematuros, Escobar Rojas, recomienda no olvidar la vacunación de los contactos cercanos, desde los padres, hermanos, familiares que convivan en casa con el bebé y, por supuesto, el personal de salud que lo atiende en el hospital durante sus primeros días, semanas o meses de vida. “De esta manera estaremos otorgando al prematuro una protección indirecta, también llamada ‘estrategia de nido’, evitando contagios de enfermedades prevenibles por vacunación y dándole la oportunidad de tener una evolución libre de estos padecimientos”, indica.