Crédito: Foto Pixabay
Es muy común que las mamás se den por vencidas porque la lactancia les parece más difícil de lo que pensaban o, incluso, se dejan llevar por las personas a su alrededor que afirman que es malo alimentar al bebé con leche materna más de seis meses.Pero, lo cierto es que antes de rendirse, todas las mujeres deberían conocer las benéficas propiedades de la leche materna. Indudablemente, este líquido cambiará la vida, el desarrollo y el crecimiento de sus hijos.
Les compartimos algunas cifras que seguramente harán reflexionar:
• Después de 10 días del parto, la leche materna aumenta el contenido de lactosa, grasa, calorías y vitamínas hidrosolubres.
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• La leche materna tiene más de 130 probióticos y 415 proteínas para proteger al intestino de bacterias y microbios. También tiene DHA, zinc, colina, yodo y hierro.
• La leche materna contiene mas de 300 componentes que hacen que el bebé crezca sano, su neurodesarrollo sea optimo y su metabolismo se programa para asimilar de mejor forma el colesterol y regular su apetito, dando lugar a menores índices de obesidad, diabetes hipertensión en su vida adulta.
• La epigenética explica que la leche materna modifica la expresión de los genes, en este caso, en la población mexicana, nos ayuda a que no se expresen los genes de diabetes que tiene nuestra población.
• Con la leche materna, los riñones e hígado de un bebé trabajarán mejor para eliminar los desechos. Beneficia al sistema nervioso central y además los niños alimentados exclusivamente con leche materna tienen mejor calificación de coeficiente intelectual
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Además, es importante que las madres conozcan que la producción láctea está determinada por el principio de la oferta y la demanda. En un inicio, el cuerpo no sabe qué cantidad requiere un bebé, pero al amamantarlo con frecuencia, se ajustará para cubrir cualquier necesidad.
Esto significa que el volumen de leche que generas va en relación directa con el nivel de succión del niño. Mientras más lo haga, mayor será la dosis, lo cual es muy importante sobre todo al nacer pues dicho líquido aún es escaso.
Por si fuera poco, la alimentación a libre demanda evita la dolorosa y molesta congestión mamaria (pechos demasiado duros y llenos) que puede causar fiebre y aumentar los días de hospitalización, así como el uso innecesario de antibióticos.
Por Graciela Hess, vicepresidenta de la Asociación de Consultores Certificados en lactancia Materna de México.
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