Aunque el corazón se te detenga y pienses lo peor, lo mejor es tomarlo con calma y evaluar la gravedad: de dónde se resbaló, con qué velocidad y cómo pudo golpearse.
Además es importante tomar conciencia que sobre todo cuando está aprendiendo a gatear o caminar, los accidentes son más frecuentes debido a que es el proceso en el que mejora su coordinación motriz. En el caso de los más pequeños, ellos corren el riesgo de caer de la cuna, el cambiador o la silla para comer.
¿Qué hago?:
- Actúa con tranquilidad: Ayúdalo a levantarse y consuélalo. Cerciórate de que no se lastimó la cabeza y revisa su cuerpo, quítale la ropa si es necesario
- Observa su comportamiento y reflejos durante las siguientes 24 horas: Si notas algún cambio, llévalo con el pediatra
- No lo maximices: Trata de no exagerar porque podrías asustarlo y desmotivarlo a que realice actividades nuevas y necesarias para su desarrollo. Caerse no es el mejor aprendizaje, pero sí lo ayudará a medir el peligro y a despertar su instinto de protección
- Desahógate: Es normal estar triste o sentirse mal. Habla con tu pareja o mejor amiga y comparte tus emociones
- Enfrenta tus miedos: Si se rodó del cambiador, no temas volver a usarlo; si nota tensión de tu parte, puede asociarlo con algo negativo. Por el contrario, cuando encaras aquello que te angustia, lo ayudas a fortalecer su seguridad e independencia
- Sé justa contigo: Aunque quisieras, no siempre podrás evitar que esto pase pero eso no quiere decir que eres una mamá irresponsable y mucho menos que por ello tu hijo te querrá menos. ¡Nadie es perfecto!
Llévalo al doctor si:
- Pierde el conocimiento
- Está irritable
- Tiene problemas para dormir
- Mueve anormalmente los ojos
- Respira con dificultad
- Convulsiona
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.