La lista es infinita: lo que debes y no debes comer durante la lactancia, las precauciones que debes tomar al bañar al bebé, sacarlo a la calle o incluso cargarlo, los rituales para atraer buenas energías, etcétera.
El puerperio es un periodo muy importante donde mamá y bebé establecen sus primeros lazos; por lo tanto, debemos vivirlo lo más relajadas posible, y el exceso de consejos no ayuda. Las nuevas mamás podemos llegar a sentirnos agobiadas entre tantas opiniones que muchas veces se contradicen entre sí —tu mamá te dice una cosa, pero tu suegra otra y tu pediatra otra distinta y ya no sabes a quién hacerle caso—, por lo que hemos preparado —y desmentido— cinco mitos sobre cómo debes cuidar a un recién nacido para que, si los escuchas, sepas qué esperar y qué debes hacer en realidad.
1. Evita que le dé el aire
Muchas personas te dirán que no saques a tu bebé a la calle los primeros 40 días después de nacido y que, si no puedes evitar hacerlo, cubras su portabebé o carriola con una cobija para evitar que «le pegué el aire». Esto es falso: el aire no daña a los bebés; por el contrario, les hace bien, pues empiezan a inmunizarse contra los posibles gérmenes y partículas de su entorno. Si no hay una ventisca o corrientes de aire frío, no tienes por qué cubrir a tu bebé con una cobija, ¡déjalo respirar!
2. Siembre debe usar guantes porque se le enfrían las manos
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Muchos bebés tardan unos cuantos días en aprender a regular su temperatura corporal y pueden presentar manos y pies fríos; sin embargo, esto no es algo que les pase a todos, no es peligroso y no importa cuánto los cubramos, ellos tienen que regular su calor corporal solos. Así que los guantes no son indispensables, pero pueden servir para evitar que se rasguñen la carita cuando manotean, pues las uñas de los bebés son delgadas y filosas y pueden hacerse daño.
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3. No lo bañes hasta que se le caiga el ombligo
Esta es otra creencia falsa. Los bebés se pueden bañar desde las primeras semana de nacidos, a una temperatura de 36ºC; para regularla, puedes utilizar un termómetro de baño o calcular con la piel de tu antebrazo. La mayoría de los bebés disfrutan mucho la hora de su baño y se relajan mientras están en el agua. Nada más procura secar perfectamente su ombligo con un cotonete antes de ponerle el pañal de nuevo, y ¡listo!
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4. Tienes que fajarlos para que no se les «bote» el ombligo
Este es un mito muy antiguo, pero que seguramente te recomendarán varias veces: debes fajar al bebé con una bolita de algodón sobre el ombligo —incluso hay quienes mencionan que también se pone una moneda— para evitar que el ombligo se le salga o «bote». La realidad es que cada cicatrización umbilical es distinta y no depende de si fajas o no al bebé sino de su piel, del tipo de herida y del tipo de sutura o curación. Mientras mantengas su ombligo limpio, no necesitas hacerle nada más.
5. El anis estrella alivia los cólicos
Nadie sabe bien a bien qué ocasiona los cólicos del recién nacido, si aire, indigestión o un sistema digestivo inmaduro; lo que es cierto es que pueden convertirse en una pesadilla, sobre todo para los padres, que no saben qué hacer para que su bebé deje de llorar. No faltará quien les recomiende el té de anís estrella como remedio infalible; no obstante, ninguna infusión es recomendable durante las primeras semanas de vida de un bebé porque puede dañar sus riñones. Mejor consulta a tu pediatra.
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