Mantente alerta de las señales y emociones de un bebé de seis meses
Los humanos somos seres sociales y por ende necesitamos interactuar. Desde que nacemos, nuestra condición mamífera nos obliga a estar pendientes del entorno para sobrevivir y los lactantes no son la excepción.
Además: Lenguaje de señas para comunicarte con tu bebé
De acuerdo con Paul C. Holinger, psiquiatra infantil estadounidense y autor del libro What Babies Say Before They Talk, (Lo que los bebés dicen antes de hablar): “Las primeras expresiones se modifican y crecen tan rápidamente como lo hacen los niños”. Su investigación muestra que el vocabulario de un menor de seis meses consiste en ocho señales y emociones de un bebé recién nacido:
1. Interés: sube o baja sutilmente las cejas, la boca puede estar un poco abierta y está concentrado (escucha y mira con atención)
2. Placer: surge una sonrisa y muestra las encías de arriba o abajo
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3. Sorpresa: tiene cejas levantadas y ojos abiertos, parpadea y pone la boca en forma de “O”
4. Angustia: frunce el ceño, posiciona hacia abajo las comisuras de la boca, llora y/o solloza
5. Enojo: “congela” la mirada y presenta piel pálida, sudor, temblor facial y erección en el pelo
6. Pena: baja los párpados y disminuye el tono muscular de cara y cuello
7. Asco: hace muecas de repulsión o alza los labios y la lengua
8. Aversión al mal olor: levanta el labio superior y la nariz, gira la cabeza hacia otro lado
Por otro lado: ¿Dejarlo llorar hasta que se canse?
¿Ves? No es tan distinto a ti. En realidad sus expresiones faciales son fáciles de asociar a un estado de ánimo o situación. Si lo analizas, las señales y emociones de un bebé son iguales que las de un adulto.
Las primeras expresiones se modifican y crecen igual de rápido que los niños. Ponle atención.
Genética vs Crianza
El reconocido psicólogo estadounidense Daniel Stern, autor del libro The Interpersonal World of the Infant (El mundo interpersonal de los infantes), dice que un niño es el resultado de una compleja red de atributos innatos, circunstancias, experiencias y la calidad de la crianza de sus padres, es decir, no hay mucho qué hacer contra su genética, pero sí puede moldearse la forma de relacionarse con los demás desde la etapa de comunicación preverbal, la cual influirá de manera decisiva en su desarrollo emocional y social. Por lo tanto es importante que como papá estés alerta de las señales y emociones de un bebé para que te des cuenta de lo que le estás proyectando.
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Entiéndelo
Estás hablando con tu mamá y empieza a inquietarse; dependiendo de tu humor y en tu afán por manejar la situación le dices algo como: “Mi amor ,espera, estoy hablando con la abuela, volveré en un minuto”. Se calma, retomas la llamada pero después sus gritos se intensifican, te vas 10 segundos a otra habitación, él estalla y tú estás irritada. Revisas biberón, pañal, muñeco, todo está en orden. ¿Qué pasó? No lograste comprenderlo.
Esto no quiere decir que siempre podrás atender las señales y emociones de un bebé y no debes autoflagelarte. El truco está en no tardarte tanto en descifrarlas. Ten presente que todos los menores experimentan frustración y aprender a manejarla es una habilidad indispensable.
Si muestra las encías está sintiendo placer. Si suda y congela la mirada, podría estar enojado
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Los tres signos fundamentales
Cuando estimulas a tu hijo lo ayudas a construir un pilar emocional sólido que lo hará crecer con confianza, inteligencia y optimismo. Para lograrlo:
1. Muéstrale cómo funcionan las cosas
Propicia el acercamiento con las texturas para que discierna entre lo duro y lo suave, ponle sonidos altos y bajos, y exploren juntos el mundo porque para él ¡todo es un misterio! Como requiere apropiarse del concepto de causa y efecto dile cosas como: “Si jalas el mantel, los platos se caerán”. Aunque sea obvio para ti, será un gran descubrimiento para él.
2. Deja que te revele lo que le gusta
Desde etapas tempranas tiene fuertes opiniones acerca de lo que le da placer y lo que le estresa. Introduce todo tipo de actividades para que ambos diferencien sus deseos de sus aversiones.
3. Mantén a raya la sorpresa
Validar su reacción lo reconforta al comprender que harás algo por él. Considera que deberás protegerlo de la situación que desató el asombro y explicarla; por ejemplo si suena una alarma de coche y brinca, tápale los oídos y háblale de esa medida de seguridad, se calmará.