1. Juguemos a cantar
Los estudios afirman que la música en los niños favorece la capacidad de concentración y atención. Las canciones introducen a los sonidos y significados de las palabras, contribuyendo a mejorar su lenguaje. El niño, a través de las letras de las canciones, enriquece su vocabulario.
Actividad: Desde pequeño, cántale y ponle canciones infantiles con repeticiones y palabras sencillas. Repite la misma canción por varios días y cántasela en distintos momentos: mientras le cambias el pañal, a la hora del baño o cuando van en el coche. Después de algunos días, omite palabras o frases de la canción y deja que tu pequeño complete las oraciones. Poco a poco, tu hijo recitará de memoria la canción completa. Cuando son mayores, y comienzan a aprender a leer, puedes apoyarlos mostrándoles la letra de la canción para que la lean solos.
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Sugerencias de canciones infantiles que puedes utilizar: Los videos del canal de Youtube de Naranja dulce son geniales. Ahí podrás estimular a tu hijo con videos de canciones populares infantiles divertidas que además incluyen la letra de las canciones:
2. Efecto Mozart anti-berrinches
Los niños que escuchan Mozart incrementan notablemente su capacidad de hablar. Además, Investigadores de la Universidad de California demostraron que con la música de Mozart el coeficiente intelectual aumenta transitoriamente y hay un crecimiento en el contenido de calcio y dopamina en el cerebro provocando un estado de calma y serenidad. Esto se conoce como el efecto Mozart.
Actividad: Cuando tu hijo esté fuera de sí, haciendo un berrinche y no logras calmarlo, llévalo a un lugar tranquilo y ponle durante unos minutos alguna pieza. Verás como se calma y se recupera como si fuera magia.
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Sugerencias de Música de Mozart: La sinfonía No. 40, La pequeña serenata nocturna o el Concierto para piano No. 1.
3. Bailando al compás
Cuando se acompaña con el baile, la música activa las zonas del cerebro implicadas en el procesamiento espacio-temporal, estimula el equilibrio y el desarrollo neuro-motriz. Está demostrado que los niños que escucharon música rítmica son adultos más coordinados.
Actividad: Crea la hora del baile: haz sonar música movida y coloca a tu hijo frente a ti. Haz movimientos con tus manos, pies y cabeza al son de la música y pide a tu hijo que los copie como si fuera un espejo. Trata que los movimientos sean sencillos. Al finalizar, pon otra canción y ahora pídele que él invente libremente los movimientos que ahora tu copiarás. Esta actividad además estimulará su creatividad y fortalecerá el lazo entre ustedes. ¡Diviértanse bailando!
Sugerencia: Cualquier canción con ritmo ágil y divertido funcionará.
4. Música de fondo, ¡por favor!
Muchas investigaciones han demostrado que la música clásica aumenta las puntuaciones en las pruebas de memoria, de atención y de concentración en niños pequeños (menores de 6 años) ¡con tan solo oírla de fondo!
Actividad: Todos los días, prácticamente desde que nazca, puedes poner música clásica de fondo durante treinta minutos mientras que juega o hace alguna actividad manual como dibujar o construir con bloques. Trata de que el sonido sea agradable y no muy alto.
Sugerencias de música clásica: Puedes escoger la playlist de Spotify “Classical Music for Smart Kids” o sintonizar en el radio la estación de música clásica local.