Así puedes acompañar a tus hijos en un noviazgo adolescente
1. Escucha más, sermonea menos
Si quieres que tu hijo te cuente cómo va su relación, la clave es no juzgar. Si lo recibes con críticas, lo último que hará es confiarte sus cosas. Mejor escucha primero, pregunta con curiosidad genuina y luego sí, das tu opinión. Así sabe que puede acudir a ti sin miedo.
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2. Enséñale a ver lo sano (y lo tóxico)
El amor adolescente debería sentirse ligero: respeto, confianza, poder ser uno mismo. Si ves que su pareja lo cela, lo controla o lo manipula, prende focos rojos. Hablar de estos temas sin dramatizar le da herramientas para poner límites y no normalizar lo tóxico.
3. Autoestima + límites = equilibrio
Mientras más seguro se sienta de quién es, menos probable que se enganche en una relación dañina. Anímalo a seguir con sus amigos, hobbies y actividades aunque esté clavado en el noviazgo. Y sí, los límites cuentan: horarios claros, acuerdos justos y reglas que le ayuden a aprender responsabilidad sin sentir que lo vigilas 24/7.
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6. Presencia sin sombra
Acompañar no es estar encima ni desaparecer. Es ser esa presencia constante pero ligera, la que da confianza y pone alto cuando hace falta. Firmes pero flexibles: así es como se logra el balance.