Mitos y verdades sobre el embarazo adolescente
1. “Un bebé une más a la pareja”: lo cierto es que un hijo puede traer más tensiones que unión. Entre gastos, falta de sueño, responsabilidades y cambios emocionales, la relación muchas veces se desgasta en lugar de fortalecerse. Toma en cuenta que muchas niñas dejan sus estudios a medias por dedicarse a la maternidad.
2. “Es cuestión de mala suerte”: el embarazo adolescente no ocurre por azar. Está ligado a falta de educación sexual, poco acceso a anticonceptivos y desigualdad social. Con información y acompañamiento se puede prevenir.
3.“El cuerpo se recupera fácil”: aunque la juventud da energía, el organismo adolescente aún está en desarrollo. Eso aumenta el riesgo de anemia, presión alta, preeclampsia, partos prematuros y bebés de bajo peso. La recuperación física y emocional no es automática.
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Además de estos mitos, hay realidades que sí conviene tener en mente:
- Para ti: más probabilidades de complicaciones en el embarazo y el parto.
- Para el bebé: mayor riesgo de nacer prematuro o con bajo peso.
- En lo social: abandonar la escuela, menos oportunidades de empleo y mayor carga emocional si no tienes apoyo.
Si ya estás embarazada o conoces a alguien en esa situación, lo más importante es:


- Buscar atención médica desde el inicio.
- Rodearte de una red de apoyo: familia, amistades, profesionales de salud.
- Mantener tus metas personales y educativas activas.
- Hablar de anticonceptivos y salud sexual sin miedo ni tabúes.