Acompañarlos en estos sentimientos no siempre es fácil, pero sí posible si ponemos atención a sus emociones.
También te puede interesar: Burnout parental: Cómo conectar con tu hijo adolescente
¿Por qué los festejos pueden agotarlos emocionalmente?
- Reuniones largas y poco espacio personal.
- Presión por “portarse bien” o convivir.
- Comparaciones con primos, amigos o hermanos.
- Preguntas incómodas sobre el futuro, la escuela o decisiones importantes.
Todo esto puede provocar cansancio emocional, cambios de humor o desconexión.
Señales de que tu hijo podría estar emocionalmente agotado
No siempre lo expresan con palabras, pero puedes notar:
- Irritabilidad o respuestas cortantes.
- Aislamiento o rechazo a convivir.
- Cambios en el sueño o el apetito.
- Falta de energía o entusiasmo.
- Sensación de estar “de malas” todo el tiempo.
Reconocer estas señales a tiempo ayuda a acompañarlos mejor.
Baja el ritmo
No es necesario asistir a todos los compromisos ni cumplir con todo a la perfección. Permíteles descansar, tener tiempo a solas o incluso decir «no» a algún plan.
A veces, menos festejos significan mayor apoyo en su salud emocional.
Escucha sin minimizar
Evita frases como «deberías estar agradecido» o «no es para tanto». En su lugar:
- Valida sus emociones.
- Muestra disponibilidad sin mostrar presión o enojo.
Sentir apoyo disminuye el estrés emocional de los adolescentes.
Mantén pequeñas rutinas
Aunque sean vacaciones, mantén horarios básicos de sueño, comida y descanso les da una mayor estabilidad emocional. No se trata de autoridad, sino de darles estructura en esta etapa llena de cambios.
Normaliza pedir ayuda
Hablar de emociones, estrés o agotamientos no es signo de debilidad. Si notas tristeza, ansiedad o cambios importantes en su conducta, buscar apoyo profesional también es una gran forma de cuidarlos.
