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Si notas que tu hijo se la vive frente a la tele, tablet o videojuegos, aquí te dejamos formas reales para romper con esos hábitos. No se trata de prohibir, sino de equilibrar.
Moverse sí importa
El cuerpo de los niños necesita moverse para desarrollarse bien. La actividad física mejora la fuerza, la coordinación, el sueño, la atención y el estado de ánimo. También ayuda a prevenir enfermedades como la obesidad, la diabetes tipo 2 y problemas cardiovasculares.
Según la Organización Mundial de la Salud, los niños entre 5 y 17 años deben hacer al menos una hora diaria de actividad física moderada o intensa. Pero muchos no llegan ni a la mitad de eso.
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Señales de que tu hijo está siendo sedentario
- Pasa más de dos horas seguidas frente a una pantalla (fuera de la escuela)
- Se cansa rápido al correr o jugar
- Prefiere actividades pasivas como ver videos o jugar con el celular
- Le cuesta dormir o se despierta varias veces en la noche
Empieza a terminar con el sedentarismo en niños
1. Activa el ejemplo en casa
Tus hijos aprenden más de lo que haces que de lo que dices. Si te ven moverte, caminar, bailar o usar la bici, es más probable que ellos también lo hagan.
2. Haz que el movimiento sea parte del día
No necesitas llevarlos al gimnasio. Basta con sumar pequeños momentos activos:
- Caminar a la tienda o al parque
- Subir escaleras en vez del elevador
- Jugar a las escondidas, brincar la cuerda o bailar un rato
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3. Reduce el uso de pantallas (sin peleas)
No se trata de satanizarlas, sino de establecer límites claros. Por ejemplo:
- No usar pantallas durante las comidas
- Nada de dispositivos una hora antes de dormir
- Tener horarios definidos para ver televisión o usar videojuegos
4. Busca actividades que le gusten (de verdad)
No todos los niños aman el fútbol. Hay quienes prefieren la natación, la danza, el karate o simplemente andar en bici. Lo importante es que lo disfrute. Si una actividad no funciona, prueba con otra.
5. Aprovecha los fines de semana
Salgan a caminar, armen un picnic, visiten un parque nuevo o vayan en bici. No hace falta gastar mucho. El punto es salir del encierro y moverse juntos.
¿Y si no le gusta moverse?
La clave está en hacerlo divertido y sin presiones. Evita compararlo con otros niños o decirle cosas como “estás gordo” o “te ves flojo”. Eso solo lo aleja más del movimiento. En cambio, celebra cuando lo intente, aunque sea poco.