En mi trabajo diario en consulta, me he dado cuenta de que muchas mamás tienen una enorme dificultad para comunicar a sus hijos lo que desean en términos positivos; más aún para decir que sí. Así que gran parte del trabajo que yo realizo con ellas consiste en enseñarles a traducir lo que suelen decir en “formato no” a “formato sí”. Veamos un ejemplo de lo que trato de decir:
Mamá dice: “Si no terminas de hacer la tarea, no puedes salir a jugar”.
Antes de seguir leyendo, intenta decir esto mismo utilizando términos positivos, es decir, sustituye cada “no” por un “sí”. ¿Qué tal te fue? Traducido a formato sí, quedaría: “Si terminas de hacer la tarea, puedes salir a jugar” o aún mejor: “Cuando termines de hacer la tarea, puedes salir a jugar”.
Y si aplicamos el concepto de boleto del que hablaba yo el mes pasado, podríamos usar lo siguiente: “El boleto para salir a jugar es terminar la tarea”. Si tú fueras niño, ¿qué te gustaría más escuchar? La diferencia no es superficial ni se trata meramente de una forma de hablar.
El efecto que hablar en positivo tiene sobre el receptor del mensaje es sorprendente. En la primera oración está implícita una amenaza, quien la escucha suele sentirse derrotado y el verdugo naturalmente eres tú. Hablar en positivo encierra la promesa de poder lograr algo, te da esperanza, y tú te conviertes en la buena de la película. Suena fácil pero la realidad es que es muy difícil hacerlo. Desde muy pequeños estamos acostumbrados a oír y decir “no”; pareciera que nadie nos ha enseñado a decir sí y pocas veces lo escuchamos.
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De hecho, creo que una de las primeras expresiones que aprendemos en la vida es no. Cuando a un bebé le das de comer algo que no desea, cierra la boca y vuelve la cabeza de un lado a otro, como si de manera natural supiera negarse. Todavía no he visto a alguno que mueva la cabeza de arriba para abajo cuando algo le gusta.
Practica decir “sí” en tu vida diaria, en diversas situaciones y con distintas personas. Empieza por traducir las siguientes frases a formato sí, incluyendo la comunicación con tu pareja:
- “Si no te apuras, te va a dejar el camión”
- “Nunca estás listo a tiempo”
- “Como no pasaste todas las materias, no vas a Cancún con nosotros”
- “Nunca te involucras en los asuntos de la casa” (a tu esposo)
¿Cuántas veces te has escuchado decir frases como éstas? ¿Te gusta hablar así? Hoy puede ser un buen día para comenzar a cambiar. Los resultados te sorprenderán. ¡Buena suerte!
Encuentra a la doctora Nancy en su blog dentro de bbmundo.com, Twitter: @doctora_nancy, midoctoranancy.com o al teléfono 5294 0354.
