Como esta discusión se repite con frecuencia en cada navidad o año nuevo es importante reconocer que el pertenecer a una familia no supone la pérdida de una identidad, ya que podríamos caer en una complacencia exagerada y olvidarnos de nuestras propias necesidades.
Para no llegar al extremo de ser demasiado complacientes o inflexibles, es necesario definir juntos las reglas o normas que han sido identificadas dentro de la relación, como el uso de su espacio, el tiempo, el dinero y las decisiones acerca de las tradiciones familiares que van a mantener o a desarrollar ustedes como nueva familia.
Lo primero que deben saber es que es igual de importante tu familia como la de él, es decir, no menosprecies sus sentimientos, lleguen juntos a un acuerdo, escucha al otro, míralo a la cara, muestra verdadero interés, estimúlalo para que hable, hazle preguntas y, muy importante, ponle atención. Si logran esto, habrá una buena negociación y ambos quedarán satisfechos con las decisiones tomadas. Si no dices lo que sientes y esperas que tu pareja adivine lo que quieres y necesitas, o que se adelante a tus deseos, sólo provocará que te sientas enojada contigo y con él y que no disfrutes de la relación.
Cuando dices lo que sientes, puedes conocer las necesidades de la otra persona, manejar tu propia frustración y controlar tus niveles de estrés, lo que favorece la relación pues logran una negociación en la que ambas partes quedarán satisfechas con el resultado.
Para llegar a un acuerdo y bajar la tensión considera los siguientes tips:

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- Toma en cuenta que cada familia es diferente y que tienen modos en particular de celebrar las fiestas. Es importante aceptar y ser respetuoso con sus costumbres.
- Evita los juicios o descalificaciones para algún miembro de su familia.
- No culpes o acuses a los demás, habla siempre en primera persona.
- Habla de lo que sientes: “me preocupa…”, “me molesta…”, etcétera.
- Ten bien claro lo que deseas obtener y cuál es la estrategia que vas a seguir.
- Toma en cuenta las peticiones de tu pareja.
- La decisión tomada debe ser voluntaria y no porque alguno de los dos termine cediendo por presión.
- No compares a las familias; ninguna es mejor que la otra.
- Es primordial que pongan límites sobre el tipo de relación que desean establecer con las familias. Si no están claros facilitará la tensión y los reclamos.
- Habla con tu pareja respecto a actitudes de la familia política que te molesten o incomoden
Recuerda que ahora son sólo ustedes, no importa cuánto discutas acerca de las tradiciones o hábitos que les disgustan de sus respectivas familias. Mejor esfuérzate por mimar y consentir, también déjate apapachar, después de todo, amar es la mejor solución para un conflicto.
Permítete disfrutar estas fechas haciendo a un lado los rencores o disgustos, recuerda que es una época para pasar en familia y de nada te ayudará si piensas sólo en las cosas que no te gustan, al contrario, será una velada pesada. Si eres de las que se la pasa pensando a qué hora se va, tu estancia será eterna, así que es decisión tuya estar amargada y enojada toda la noche o disfrutar de ese momento de tu vida.