Desde el embarazo, tu cuerpo y tu cerebro se sincronizan con los suyos. Esa conexión no desaparece al nacer. De hecho, para un niño pequeño, mamá suele ser su “base segura”. Es decir, la persona que le ayuda a volver a la calma.
¿Por qué los hijos buscan más a mamá?
Durante la gestación y la lactancia, se liberan hormonas como la oxitocina. Esta hormona fortalece el vínculo y la sensación de seguridad.
Por eso, cuando hay miedo, cansancio o frustración, el cerebro infantil activa una respuesta automática: buscar a mamá. No es consciente. No es personal. Es biológico.
Mamá no es la favorita, es el regulador
Un niño no busca a quien quiere más. Busca a quien le ayuda a regularse mejor. Si tu hijo llega llorando contigo, es porque contigo puede “desarmarse” emocionalmente.
Eso también explica algo incómodo: contigo se porta peor. No porque te falte autoridad, sino porque contigo se siente seguro para soltar.
¿Y dónde queda papá?
La figura paterna también es clave. Pero suele cumplir un rol distinto. Papá aparece más en el juego físico, el reto y la exploración. Mamá, en la contención inmediata.
Qué puedes hacer
- Primero, no corregir esta conducta.
- Segundo, permitir que papá construya su propio vínculo, sin forzarlo a “competir”.
- Y tercero, entender que esta etapa cambia con el tiempo.
Conforme el cerebro madura, los niños aprenden a autorregularse y amplían sus figuras de apoyo.
Fuentes:
– Bowlby, J. Attachment and Loss
– Harvard Center on the Developing Child
– American Academy of Pediatrics (AAP)
