Además, suele venir acompañado de culpa. Te dices que deberías poder con todo. Sin embargo, el problema no eres tú, sino la carga constante.
¿Qué es exactamente el burnout maternal?
El burnout es un estado de agotamiento crónico relacionado con el rol de cuidado. Incluye cansancio extremo, distancia emocional y una sensación de incompetencia persistente.
En la maternidad, se agrava porque el trabajo no termina nunca. No hay horarios claros, ni reconocimiento, ni días de enfermedad.
Por eso, muchas mamás siguen funcionando, pero por dentro están vacías.
Señales claras de burnout en la maternidad
- Te sientes agotada desde que despiertas.
- Todo te molesta, incluso cosas pequeñas.
- Te cuesta conectar emocionalmente con tus hijos.
- Sientes culpa constante por no “disfrutar”.
- Fantaseas con desaparecer o huir, no con descansar.
¿Por qué es tan común en las mamás?
Primero, porque la carga mental recae casi siempre en ti. No solo haces, también recuerdas, organizas y anticipas.
Además, existe una presión cultural enorme. Se espera que seas paciente, agradecida y feliz todo el tiempo.
A esto se suma la falta de apoyo real. Muchas mamás crían casi solas, incluso estando en pareja.
Como resultado, el cuerpo y la mente pasan factura.
Qué sí ayuda a empezar a salir del burnout
- Primero, nómbralo. Decir “estoy quemada” cambia la narrativa. No eres mala mamá, estás sobrecargada.
- Después, baja expectativas. No todo es urgente ni todo tiene que salir perfecto.
- También es clave pedir ayuda concreta. No “échame la mano”, sino “¿puedes encargarte del baño tres días a la semana?”.
- Finalmente, considera apoyo profesional. La terapia no es un lujo, es una herramienta de salud mental.
Un punto importante: burnout no es lo mismo que depresión
Pueden coexistir, pero no son iguales. El burnout está ligado al contexto. Si alivia cuando tienes apoyo o descanso, probablemente va por ahí. Aun así, si hay tristeza profunda, ansiedad constante o pensamientos de hacerte daño, busca ayuda inmediata.
