La conductora había compartido travesuras del elfo que hace con sus hijos. Contenido pensado para adultos. Sin embargo, el reclamo apuntó a otro lugar. Y la pregunta quedó sobre la mesa: ¿quién mató la magia?
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Las redes sociales no son para niños
Aunque suene duro, las redes sociales no están diseñadas para la infancia. No lo están en términos de contenido, ritmo, estímulos ni consecuencias emocionales. Aun así, muchos niños consumen videos, historias y comentarios sin filtros claros.
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Según Common Sense Media, más del 50% de los niños menores de 8 años ya consume contenido en plataformas sociales, aunque no tengan cuentas propias. Muchas veces lo hacen desde el celular de un adulto.
Aquí aparece el primer punto clave: el problema no es quién crea contenido para adultos, sino quién permite que los niños lo vean.
Los papás cuidan la fantasía
Creer en duendes, elfos o personajes mágicos no es ingenuidad. Es parte del desarrollo emocional y cognitivo. La fantasía ayuda a procesar emociones, crear seguridad y desarrollar imaginación.
La American Academy of Pediatrics explica que la exposición temprana a contenidos no adecuados puede acelerar procesos emocionales para los que los niños no están listos. Entre ellos, la pérdida prematura de la fantasía.
Por eso, cuando un niño “descubre” que algo mágico no es real a través de redes sociales, no es una revelación natural. Es una interrupción abrupta del mundo infantil.
Entonces, ¿quién mató la magia?
No fue el elfo.
No fue la conductora.
No fue el contenido pensado para adultos.
La magia se rompe cuando olvidamos que las redes sociales no son un espacio infantil y delegamos la crianza a una pantalla.
Además, muchos adultos subestimamos el impacto de un video corto. Pero para un niño, una imagen puede pesar más que mil explicaciones.
