Durante el periodo de abril de 2024 a marzo de 2025, el 45% de los nacimientos fueron por cesárea, mientras que el 44% ocurrió por parto vaginal sin intervención. El 11 % restante correspondió a partos asistidos con instrumentos como fórceps o ventosa.
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Este dato marca un antes y un después en las estadísticas de maternidad del país.
Más cesáreas, más partos planificados
No solo aumentaron las cesáreas en general. También crecieron las que se realizan con anticipación.
Del total de nacimientos:
- 20% fueron cesáreas programadas
- 25.1% fueron cesáreas de emergencia
Ambas cifras son las más altas registradas hasta ahora por el sistema de salud inglés. Además, más de cuatro de cada diez cesáreas fueron electivas, es decir, decididas antes del inicio del trabajo de parto.
La edad materna hace la diferencia
Los datos muestran un patrón claro según la edad de la madre. En mujeres menores de 30 años, el parto vaginal sigue siendo el más común. A partir de los 30 años, la cesárea se convierte en la opción más frecuente. En mujeres mayores de 40 años, el 59 % de los nacimientos fue por cesárea.
Actualmente, casi una de cada cuatro madres tiene más de 35 años, lo que también influye en el aumento de partos con intervención médica.
El número total de partos también sigue bajando. En 2024-25 se registraron 542 235 nacimientos en hospitales del NHS, una cifra menor comparada con los más de 636 000 de hace diez años.
En ese mismo periodo, el porcentaje de cesáreas ha crecido de forma constante. En 2014-15 representaban solo el 26.5 % de los nacimientos. Hoy, casi la mitad de los bebés nacen por cirugía.
¿Por qué están aumentando las cesáreas?
- Embarazos más complejos, relacionados con obesidad, enfermedades crónicas y edad materna avanzada.
- Menor disponibilidad de apoyo durante el parto, como cierre de centros de nacimiento o falta de personal.
- Búsqueda de mayor sensación de seguridad, especialmente cuando las mujeres no confían en recibir el acompañamiento que necesitan durante un parto vaginal.
El aumento de cesáreas no solo habla de medicina, sino también del contexto social, del estado de los servicios de maternidad y de las decisiones que toman las mujeres frente a sus realidades.
Más allá de las cifras, el mensaje es claro: cada embarazo es distinto, y contar con información, opciones reales y apoyo adecuado sigue siendo clave para una experiencia de parto más segura y respetada.