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¿Tu hijo puede tener caries aunque no coma azúcar? ¡SÍ!

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Los carbohidratos fermentables y hábitos de higiene influyen en la salud dental de tus críos.

caries sin comer azucar
Aunque no le pongas azúcar de mesa a tus hijos, su boca puede ser terreno fértil para la caries infantil. El problema no es solo la sacarosa, sino cualquier carbohidrato fermentable que consuman. Cuando las bacterias como Streptococcus mutans metabolizan esos carbohidratos, producen ácidos que bajan el pH en la boca. Ese ambiente ácido desmineraliza el esmalte y puede generar caries.

Valores clínicos lo confirman: incluso con bajo consumo de “azúcar visible”, un aumento en ciertas bacterias orales incrementa el riesgo de caries.

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Además, la frecuencia y duración del contacto con carbohidratos en la boca suelen importar más que la cantidad exacta. Por ejemplo, darle leche, fórmula u otros líquidos durante muchas horas —sobre todo de noche— pone en riesgo los dientes de leche.

Factores de riesgo más allá del azúcar de mesa

  1. Frecuencia de comidas o bebidas: Si el bebé come o toma con frecuencia alimentos o líquidos con carbohidratos fermentables, los dientes están constantemente expuestos al riesgo.
  2. Consistencia pegajosa o persistente: Papillas, fórmulas o alimentos blandos y pegajosos pueden quedarse adheridos en dientes y encías, favoreciendo la proliferación bacteriana.
  3. Higiene bucal ausente o deficiente: Sin limpieza diaria, la placa se acumula y deja que las bacterias actúen sin control.
  4. Falta de flúor: Ese mineral ayuda a reforzar el esmalte y hacerlo más resistente a los ataques ácidos.

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Qué puedes hacer desde ya para prevenir

  • Cuida la frecuencia, no solo la cantidad: evita ofrecer líquidos/fórmulas con frecuencia, especialmente entre comidas o como “agua de continuidad”.
  • Cepilla desde el primer diente: apenas salga el primer diente, limpia encías y dientes con gasa húmeda o un cepillito suave, y cuando haya varios dientes, usa pasta con flúor en la dosis adecuada.
  • Evita líquidos azucarados o pegajosos al dormir: no permitas biberones con leche, fórmula, jugos o bebidas dulces durante la noche. Mejor solo agua si es necesario.
  • Aliméntalo con moderación: aunque sean alimentos “saludables”, muchos pueden contener azúcares o carbohidratos fermentables. Procura comidas espaciadas, no constantes.

La caries infantil no siempre tiene que ver con “darle dulces”. A veces, el problema viene disfrazado en fórmulas, papillas, jugos o el simple hecho de conceder un biberón varias veces al día. Pero con buenos hábitos —higiene desde el primer diente, moderar la frecuencia, usar flúor— puedes reducir muchísimo el riesgo.

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