Parece increíble, pero la verdad es que el hecho de que tu hijo demuestre lo que siente es bueno, y el primer error es tomar su enojo como algo personal.
Es probable que debido al miedo que sientes al ver a tu hijo expresando su enojo de forma incontrolable, intentes calmarlo a toda costa: haces más concesiones, lo sobornas para que se porte bien o mismos utilizas comentarios hirientes e incluso, la violencia.
Sin embargo, el hecho de no saber manejar la cólera de un niño puede provocar una «metamorfosis del enojo», es decir, como no se le permite expresar este sentimiento directamente, el niño lo reprime y lo convierte en una emoción peligrosa. Así, el enojo reprimido se transforma en síntomas como depresión, miedos y ansiedad, los cuales pueden afectarle a lo largo de toda su infancia y el resto de su vida.
Aunque nadie maneja el enojo a la perfección, puedes hacer mucho si motivas a tu hijo para que exprese este sentimiento como tal, enseñándolo a entenderlo, nombrarlo, controlarlo y tolerarlo.
Bases para el control
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
1. Si comienza a aventar cosas, a patear, a gritar o a llorar, se le conoce como «emergencia de enojo». ¿Qué podemos hacer para superarla?
Lo mejor que puedes hacer es abrazar a tu hijo. De esta forma evitarás que se lastime a sí mismo, a otras personas o destruya objetos; y le demostrarás que no quieres avergonzarlo y que lo apoyas. Además, con esta acción el sabrá que no te asusta su enojo y que éste no es destructivo
2. Debes tener en cuenta que la mayoría de los enojos son controlables. Identificar el detonante es una de las tareas más importantes que tenemos como padres, pues esto nos ayuda a entender por qué el niño se siente tan impotente o frustrado ante ciertas circunstancias
Es necesario que te sensibilices con lo que le ocurre a tu hijo. Puede ser que el problema vaya desde un pañal apretado hasta que tenga hambre o sueño, que le enoje caerse mientras aprende a caminar, la llegada de un nuevo hermano o el primer día de clases
3. Observa a tu hijo, y si ya puede hablar, escúchalo y cuestiónalo con cariño y paciencia. Procura no criticarlo ni enojarte cuando estés averiguando por qué está enojado
El refuerzo
- El objetivo del refuerzo es ayudar a superar el enojo de un niño sin reprimirlo. Sugiérele una solución al problema para que después de que haya pasado el momento de furia puedan hacer algo al respecto sin generar más enojo
- Normalmente, las razones principales del enojo interpersonal son la injusticia, un trato frío, el abandono, el incumplimiento de las promesas que les hacemos, la incongruencia o hacer comparaciones injustas
- A menos que su enojo represente un peligro para él, debemos enfocarnos en comprender por qué está así, en lugar de sermonearlo o castigarlo
Recuerda que el enojo es una respuesta a un sentimiento de frustración e impotencia, y una vez que logramos identificar de dónde viene, desaparecerá.