Toma nota de las causas más comunes de sepsis infantil:
- Infecciones bacterianas, virales o fúngicas mal tratadas o no detectadas a tiempo, como neumonía, meningitis, infecciones urinarias o gastrointestinales.
- Sistema inmunológico inmaduro o debilitado, especialmente en recién nacidos, bebés prematuros o niños con enfermedades crónicas.
- Heridas, cirugías o catéteres que permiten la entrada de microorganismos al torrente sanguíneo.
- Falta de vacunación o atención médica tardía, lo que facilita que una infección leve se complique.
“En los recién nacidos se considera importante un parto limpio y seguro, el manejo adecuado de la prematuridad y del bajo peso, así como la atención rápida en caso de ruptura prematura de membranas y el control de infecciones maternas, entre otras recomendaciones”, advierte Rodríguez Cortéz, entrevistada en exclusiva para bbmundo.
¿Quiénes están más en riesgo de desarrollar sepsis infantil?
Si bien la sepsis puede afectar a todos los niños, desde recién nacidos hasta adolescentes, algunos grupos tienen mayor riesgo: los bebés que nacen con bajo peso o de manera prematura, y aquellos que tienen el sistema inmunológico debilitado.
Estos son los síntomas de la sepsis infantil:
- Fiebre alta o hipotermia.
- Dificultad respiratoria.
- Taquicardia.
- Letargo.
- Respiración acelerada.
- Confusión.
En algunos casos, los niños pueden no presentar síntomas iniciales, lo que dificulta el diagnóstico. De ahí la importancia del apoyo con pruebas de laboratorio y de imagen. “Ningún estudio por sí solo confirma la sepsis, por lo que todos los resultados deben interpretarse junto con la evaluación clínica del pediatra. Entre las pruebas más importantes se encuentran los hemocultivos, que permiten identificar el microorganismo responsable de la infección, y la biometría hemática, que muestra cómo está respondiendo el sistema inmunológico”, destaca la experta en procesos inflamatorios.
Además, se realizan pruebas de función renal y hepática para saber si la infección afecta otros órganos, así como la medición del lactato sérico, que puede indicar si los tejidos no reciben suficiente oxígeno. En algunos casos se solicitan radiografías o tomografías para localizar el foco de la infección, así como un análisis de orina cuando se sospecha una infección urinaria. Todo ello permite actuar rápidamente y brindar un tratamiento oportuno que marca la diferencia entre vivir o morir.
¿Qué pasa si no se atiende la sepsis infantil?
En la sepsis, cada minuto cuenta, pues es una de las emergencias médicas más graves y una de las principales causas de muerte prevenible en el mundo. En los niños, especialmente en recién nacidos y menores de cinco años, esta condición puede avanzar con rapidez y poner en riesgo la vida si no se identifica y trata a tiempo.
“Las consecuencias de no atender oportunamente una sepsis infantil pueden ser devastadoras: desde insuficiencia respiratoria y daño renal hasta secuelas neurológicas permanentes o la muerte. Por ello recomiendo que todo niño sea revisado y atendido por un profesional de la salud cuando inicie con fiebre”, concluye.
