Con la cabeza en alto, respondió fuerte y claro, diciendo que convenía arreglar el tema en privado y entra ambas organizaciones. Todo por un post que Fátima y otras concursantes no hicieron.
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Mientras todos pensaban que Bosch se retiraba del concurso y México quedaba sin representante, apareció en eventos del concurso dejando en claro que «mientras haya Miss Universo México, tiene representante».
Además, mandó un mensaje para las niñas:
“Le digo a mi país que no tengo miedo de alzar mi voz. Estoy aquí más fuerte que nunca, tengo un propósito, tengo cosas que decir, tengo espacios que ocupar. Estamos en el siglo XXI y yo no soy una muñeca para estarla maquillando, peinando y cambiándole la ropa. Yo vine aquí a ser una voz para todas las mujeres y niñas que luchan por causas. Estoy comprometida completamente como el día uno y mientras haya Miss Universo México, tiene representante.”
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Dejó claro que no es solo una cara bonita. Lo que hizo fue recordarle al mundo que las mujeres —y las niñas— tienen derecho a hablar, a opinar y a ocupar su lugar sin pedir permiso.
Lo que esto enseña a las niñas
- No te calles. Si algo no está bien, tienes derecho a decirlo.
- Tu valor no está en tu apariencia. Como dijo Fátima, no somos muñecas para vestir o maquillar.
- Tienes propósito. No importa la edad, siempre hay algo en lo que puedes brillar y aportar.
