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Juegos peligrosos para tu hijo que antes eran NORMALES Y «DIVERTIDOS»
- Giros fuertes y sacudir. Cuando mueves a un bebé o niño bruscamente —aunque sea “por diversión”— su cerebro puede moverse dentro del cráneo. Eso puede causar hemorragias, convulsiones o daño permanente. Nunca agites a un bebé.
- Asustarlo para reírte. Darle un susto grande a un niño puede provocar caídas, golpes contra muebles o estrés extremo. Los más pequeños no controlan su cuerpo y pueden lesionarse al reaccionar.
- Levantarlo de los brazos o lanzarlo hacia arriba. El clásico “avión” o tirarlo al aire puede terminar mal si pierdes el agarre o el niño cae sobre una superficie dura. Además, al caer puede sufrir fracturas o conmociones. Evita hacerlo sobre camas, sofás o con superficies duras cerca.
Consecuencias que debes conocer
- Lesiones cerebrales y sangrados internos. Pueden aparecer horas después.
- Fracturas y traumatismos por caídas. Incluso una caída corta puede ser grave según la superficie.
- Estrés y miedo que afectan el desarrollo emocional. Los niños memorizan reacciones y límites.
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Qué hacer en su lugar
- Sustituye Juegos peligrosos para tu hijo por juegos de equilibrio en el suelo, carreras controladas o cuentos con gestos.
- Si quieres levantarlo, hazlo sentado en el suelo o sobre una colchoneta. Mantén siempre soporte en la espalda y la nuca.
- Enseña límites: explícale con calma por qué algo duele o asusta. Usa frases cortas y claras.
Si ocurre un golpe fuerte
Observa signos como somnolencia extrema, vómito, convulsiones, dificultad para despertarlo, o llanto inconsolable. Busca atención médica de inmediato. No subestimes un golpe en la cabeza.
Lo que antes parecía “divertido” no vale la pena si pones en riesgo la salud de tu hijo. Protege sus límites, cambia el juego y pide ayuda cuando te sientas frustrado. Si quieres, te escribo una lista corta de juegos seguros por edades.

