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¿Los audífonos le están haciendo daño a tu hijo? Aprende a detectarlo

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Hay límites para cuidar su escucha. Elige la mejor opción para ellos sin sacrificar entretenimiento.

audifonos en niños
La audición empieza a desarrollarse muy pronto. Al terminar el sexto mes de embarazo, el oído interno ya está formado.
Eso significa que, al nacer, tu bebé lleva cerca de tres meses escuchando sonidos.

Pero ojo: esto no quiere decir que escuche de manera totalmente funcional. El oído externo (oreja y conducto auditivo) sigue madurando hasta la pubertad. Y el oído medio (tímpano y huesecillos) atraviesa varios cambios durante la infancia.

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Desde recién nacido puede oír, pero lo más importante es que su cerebro comienza a aprender a interpretar los sonidos. Por eso, en los primeros años de vida, cuidar su audición es clave para no afectar este proceso.

Hoy en día, los niños usan auriculares a edades cada vez más tempranas y, como padres, muchas veces no somos plenamente conscientes del daño que puede causar en la audición de nuestros hijos si no se controla el volumen y el tiempo de uso.

Cuando oyen música o están expuestos a ruidos fuertes durante periodos prolongados, se deterioran las diminutas células del oído interno encargadas de transformar el sonido en señales nerviosas, lo que provoca una pérdida gradual de la capacidad auditiva. Este daño no se puede revertir.

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¿Qué afecciones se relacionan con el uso de audífonos?

El problema de los audífonos no es usarlos, sino el volumen y el tiempo de uso.
Cuando el sonido está demasiado alto, puede dañar de forma irreversible la audición.

Las células del oído interno son muy sensibles. Si están expuestas por horas a ruidos fuertes, se van deteriorando poco a poco. Esto afecta la claridad con la que se escuchan los sonidos.

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Al inicio casi no se nota, pero con el tiempo el niño puede tener más dificultad para entender lo que oye. Esto impacta directamente en su aprendizaje escolar.
Lo más delicado es que esas células dañadas no se recuperan ni se regeneran.

Un niño que va sufriendo un daño así comienza a tener dificultades para distinguir algunos sonidos; puede confundir, por ejemplo, la ‘F’ con la ‘S’.

¿Los audífonos le están haciendo daño a tu hijo?

Escuchar a un volumen elevado y de forma continua (por encima de los 80 decibeles) puede causar un daño significativo en la audición. El inconveniente es que los dispositivos como celulares o tabletas, que suelen usarse con auriculares, no muestran el nivel de sonido en decibeles. Una manera sencilla de saber si el volumen es seguro es comprobar si, estando a la distancia de un brazo, el niño puede detectar la voz cuando se le habla en un tono de voz normal, sin necesidad de gritar. Por suerte, muchos dispositivos actuales incluyen alertas o indicadores que advierten cuando el nivel de volumen podría ser riesgoso; es importante asegurarse de que estas funciones estén activadas en la configuración del equipo.

Tipos de audífonos

Cuando nos referimos a niños, no existe una diferencia significativa entre los distintos tipos de audífonos, es decir, entre los que se colocan dentro del canal auditivo y los de tipo externo que se apoyan sobre la oreja. Sin embargo, los primeros pueden ser menos recomendables, ya que tienden a favorecer la acumulación de cerumen y la formación de tapones.

Últimamente han salido al mercado audífonos de conducción ósea. Esos no se colocan dentro de los oídos, sino que sobre de ellos. Tienen la ventaja de que no son cómodos para usar a volúmenes altos, debido a que producen vibración que puede ser molesta.

Más allá del tipo de audífono que se utilice, es fundamental asegurarse de que el volumen se mantenga en un nivel moderado y controlar el tiempo de uso continuo. Una recomendación útil es hacer pausas de 15 minutos por cada hora de escucha.

Una de las ventajas de utilizar altavoces externos en lugar de audífonos es que resulta más sencillo identificar si el volumen es excesivo. No obstante, el uso de audífonos no es perjudicial en sí mismo, siempre y cuando se controle el nivel de volumen y el tiempo de exposición. Si se observa enrojecimiento en la zona del oído o se presenta alguna molestia, es fundamental acudir cuanto antes con un especialista.

En términos generales, es importante recordar restringir la exposición de nuestros hijos e hijas a ruidos fuertes, para lo cual también se debe considerar el uso de protectores auditivos cuando los llevamos a eventos ruidosos, como conciertos, carreras de autos o bodas.

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