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Algo que parece tan sencillo, el aplauso, lleva mucho trabajo detrás. Desde el control de cabeza y estabilidad de tronco, hasta balance, pasando por control de la línea media y coordinación bilateral.
Aplausos y desarrollo
Cuando tu bebé empieza a aplaudir (generalmente entre los 6 y 9 meses), es porque ya tiene esto bajo control:
1. Desarrollo motor fino
Aplaudir implica coordinación entre manos, vista y cerebro. Para lograrlo, tu bebé debe controlar sus músculos, calcular distancias y sincronizar movimientos. Es un gran avance en su motricidad fina.
2. Coordinación ojo-mano
Al juntar las manos una y otra vez, está afinando su capacidad para coordinar lo que ve con lo que hace. Esta habilidad le servirá más adelante para cosas como agarrar objetos pequeños, dibujar o ponerse ropa solo.

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3. Comunicación no verbal
Aplaudir es una forma temprana de “hablar” sin palabras. Puede usarlo para celebrar, pedir atención o imitarte. También es una señal de que empieza a entender causa-efecto: “Si aplaudo, mamá sonríe”.
4. Imitación y vínculo
Muchas veces aplaude porque te vio hacerlo. Imita, se siente parte de lo que pasa y se conecta contigo. Aplaudir juntos fortalece su vínculo y lo hace sentirse acompañado y motivado.
5. Interacción social y musical
Aplaudir es parte de juegos, canciones y rutinas. Eso refuerza su sentido del ritmo y lo ayuda a anticipar lo que sigue, algo importante para el lenguaje y la comprensión.
6. Autoestima y logro
Cuando logra aplaudir solito y tú lo celebras, su carita lo dice todo: siente orgullo, emoción y confianza. Aplaudir es también una forma de decir “¡lo hice!”.
¿Todavía no aplaude?
Si ya gira solito, se sienta con estabilidad, usa las dos manitas para jugar y apoya peso en sus brazos al jugar, va por buen camino. Recuerda que las edades son marcas promedio, pero cada bebé tiene su propio ritmo.