Dejarse llevar por toda la inercia del día a día es fácil, actuando casi en automático. Pero, ¿cuándo fue la última vez que genuinamente te emocionaste por algo que estabas haciendo?
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Tal vez no es una pregunta que te hagas seguido, pero si justo ahora te cayó el veinte y no tienes idea de cuándo fue la última vez que te sentiste alineada con tu propósito, aquí van cinco tips para ayudarte a recalibrar y reconectar.
¿Cuándo fue la última vez que te emocionaste por algo? Hoy es el día
1. Recuerda tu “para qué” antes incluso de ser mamá
Antes de ser mamá tu tenías aspiraciones, sueños y deseos. Ser madre no borra eso, pregúntate: ¿Qué parte de mi se expande durante mi día? ¿Cuáles de los sueños que tenía antes de ser mamá siguen vigentes y cuáles ya cambiaron?
2. Encuentra pequeños momentos de satisfacción real
¿Qué de lo que vives hoy genera satisfacción? Tu café de la mañana, darle un beso a tu bebé. Reconocer ese sentimiento de expansión, que te enraizar al presente. Ojo: no tienes que irte a actividades extra espectaculares, mientras más terrenales sean, mejor.

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3. Date permiso de sentir sin culpa
Cumplir con las obligaciones y responsabilidades de madre y profesionista está ok. Pero no puedes olvidarte de que eres un ser humano con gustos y capacidad de vivir con alegría. Luego de ser madre una de las cosas que mas cambian sea la visión de la vida de las mujeres; por lo que es importante reconectar con esta nueva versión de ti.
4. Rodéate de mujeres que también disfrutan de algo
Nada puede impulsar más que la emoción de alguien más; la emoción es contagiosa. El cuerpo es muy sensible a las palabras que le rodean. Y palabras de ánimo y de entusiasmo sin duda generan un impacto positivo tanto en tu cuerpo como en tu ánimo.
5. Redefínete y redefine tu definición del éxito
No eres la misma, y por está bien que tus metas sean otras; solo reconoce cuáles son hoy esas metas que te ilusionan.
Recuerda hacer de estas cinco acciones un ritual al inicio de tu día, ideal hacerlo antes de salir a desempeñarte con todo el resto de tus actividades.
Recuperar la emoción por lo que haces no es un lujo, es lo primordial. Al final nadie puede dar lo que no tiene y si tu no te ocupas de primero llenar tu vaso, es difícil que puedas llegar al lugar a donde quieres llegar.