Por supuesto que, en muchas ocasiones, las terapias y la regularización son necesarias, y que el deporte y las actividades artísticas les ayudan a desarrollar habilidades y competencias. Sin embargo, es importante que exista un equilibrio en sus vidas.
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¿Qué hay detrás de la sobrecarga infantil?
La presión de la sociedad, debido a la cantidad y el fácil acceso a la información sobre crianza y las redes sociales en las que todos los días se pueden ver los logros de otros niños, genera expectativas, comparaciones y una percepción que lleva a una exigencia interna, e incluso puede llegar a generar un sentimiento de competencia o miedo de que los hijos no logren el éxito en un mundo tan competitivo.
Los padres deseamos dar a los hijos las mejores oportunidades y experiencias para que logren ser exitosos, y eso está bien. Sin embargo, ¿saturar sus agendas realmente es lo mejor para ellos?
La sobresaturación de actividades genera en los niños estrés, y el estrés crónico se vuelve tóxico y esto altera la arquitectura del cerebro. Por ejemplo: se puede reducir el volumen del hipocampo (importante para la memoria y el aprendizaje), puede afectar la capacidad del cerebro de adaptarse y cambiar en respuesta a nuevas experiencias (plasticidad cerebral) y también se pueden generar problemas de ansiedad e incluso depresión.

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Por supuesto que es importante que tengan actividades en las tardes; lo esencial es que haya un balance en donde los niños también tengan espacios para jugar en casa, aburrirse, ver algún programa en la televisión y descansar.
Aprenden mientras juegan
¿Sabías que cuando tus hijos juegan están desarrollando sus habilidades cognitivas, autoestima, los ayuda también a expresar y gestionar sus emociones? Además, cuando juegan con otros niños, desarrollan sus habilidades sociales, aprenden a resolver conflictos y a desarrollar resiliencia.
Cuando tus hijos se aburren y no tienen acceso inmediato a la tecnología, buscan formas de entretenerse y ocuparse, lo cual fomenta la creatividad, la imaginación, desarrolla la independencia, aprenden a manejar sus emociones al buscar formas para relajarse y calmarse, e incluso reflexionan en cuanto a sus sentimientos y pensamientos.
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Estar en casa también los ayuda a desarrollar habilidades y competencias. Esto no quiere decir que no tengan actividades deportivas o artísticas, las cuales son también necesarias o incluso podríamos decir indispensables. Lo que es importante es que las actividades extraescolares se orienten en lo que los hijos disfruten y/o sean buenos, lo cual hará que aprovechen la experiencia plenamente, fomentará el desarrollo de sus talentos y habilidades y aumentará la confianza en sí mismos.