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¿Están listos para ser padres?

La paternidad compartida requiere de planeación, de fe y confianza en la capacidad de ambos para manejar lo desconocido.

¿Llevas una muy buena relación con tu pareja y entonces ambos piensan en la posibilidad de tener un hijo? Recuerda que es una responsabilidad muy grande que no debe tomarse a la ligera. A continuación te presentamos los panoramas que tienes que evaluar antes de poder tomar una decisión:

  • Uno de los aspectos más importantes para ser padres es tener la habilidad de dar amor a otros, pues esta es la base de la que se debe partir cuando se está pensando en tener un hijo
  • La capacidad para dar a un niño tranquilidad y comodidad requiere que la pareja misma goce de estos bienes
  • Tanto el hombre como la mujer deben cuestionarse a fondo sobre lo que significa el bienestar, pues éste será el mismo que gozará el futuro bebé
  • ¿Qué pueden ofrecerle?
  • ¿Qué creen que podrían disfrutar ambos con este hecho trascendental?
  • ¿Qué puede resultarles difícil y fácil?
  • ¿Cómo cambiará su vida la paternidad, sus relaciones presentes y sus relaciones futuras
  • ¿Están listos para enfrentar los cambios que podrían darse?
  • ¿Cuál es la visión que tienen sobre la paternidad y la crianza de los niños?
  • ¿Qué les gusta de lo que sus padres hicieron con ustedes y qué cambiarían en su propia familia?
  • La aptitud para la paternidad debe incluir la visión de cómo se debería criar a los hijos
  • Tener un hijo significa entendimiento, saber que comprometerse con algo a largo plazo requiere la gran responsabilidad de no claudicar ante ese compromiso y de enfrentarlo de la mejor manera posible

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El matrimonio es la prueba en la que se revela mucho de la naturaleza del hombre y la mujer, lo que revela de qué están hechos ambos. Pero la paternidad es lo que propicia la mayor madurez y el carácter que se tendrá que desarrollar.

Como cualquier esfuerzo de gran magnitud, la paternidad compartida requiere de planeación, de fe y confianza en la capacidad de ambos para manejar lo desconocido. Lo que resta es tener seguridad de que ambos darán mucho a su hijo y a la vez, recibirán mucho. ¿Están listos? ¡Decídanlo entonces!



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