Alimentar a tu bebé es una de las etapas más maravillosas de ser madres. La lactancia crea fuertes vínculos en la relación madre e hijo, por lo que es importante que la vivas al máximo.
Bbmundo te proporciona información acerca de los miedos más comunes que puedes llegar a sufrir durante este periodo.
- El tamaño de los pechos
Se piensa que si son pequeños producirán poca leche, sin embargo, esto es falso. Lo que influye es la cantidad de grasa que rodea a la glándula mamaria, no de su capacidad para producir leche.
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- La forma del pezón
Es conveniente que hacia el final del embarazo revises tus pezones para corroborar que sobresalgan ante el estímulo, en caso de tenerlos invertidos o planos, no debes preocuparte, ya que el bebé no mama del pezón, sino de los dos o tres centímetros de la areola.
- “Si no tengo escurrimiento durante el embarazo, no podré amamantar”
Esto no es un indicativo de la capacidad que tengas para producir leche después del parto, simplemente es algo que te puede o no suceder, recuerda que tus glándulas mamarias se han preparado durante nueve meses para lograr que este momento llegue.
- Dolor por amamantar
Tal vez has visto a mamás que sufren mientras lo hacen, sin embargo todo es cuestión de técnica ya que el bebé debe tomar de la areola no del pezón. Es un mito que por dejar su saliva después de lactarlo o por no prepararlos durante el embarazo, los pezones sufran lesiones.
- «No tener suficiente producción»
Después del parto, algunas mujeres piensan que tienen poca leche y por lo tanto creen que su hijo no se llena. En realidad el líquido que lo alimenta en ese periodo es el calostro, el cual sale en goteo, pues el objetivo es que tu hijo aprenda a succionar, tragar y respirar al mismo tiempo.
Por Graciela Hess, IBCLC – Lactation Consultant certified by the International Board of Lactation Consultant Examiners
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