Si ya perdiste la cuenta de cuántos bebés conoces que no pueden comer leche, huevo, gluten, o incluso aguacate, no estás exagerando. Ni tú ni las otras mamás. La realidad es que cada vez más bebés desarrollan intolerancias alimentarias, y sí, eso incluye al tuyo, al de tu amiga, al del grupo de WhatsApp de mamás y al de la influencer que sigues. Y claro, a todos los de la guardería.
¿Es lo mismo intolerancia que alergia?
Spoiler: no. La intolerancia es cuando el cuerpo de tu bebé dice “esto no me cae bien” y responde con gases, cólicos, popó rara o llanto que parece eterno. La alergia es más intensa: el sistema inmunológico reacciona fuerte y puede haber ronchas, vómito, hinchazón o algo más serio. Ambas cosas se parecen, pero no son lo mismo.
Según la Academia Americana de Pediatría, entre el 6% y 8% de los bebés menores de 3 años tienen alguna alergia o intolerancia. Y en México, el IMSS estima que 1 de cada 10 bebés reacciona a algún alimento en su primer año. O sea, esto no es una moda ni tu percepción… ¡es real!
¿A qué alimentos les tienen tirria los bebés?
- Leche de vaca (la número uno en quejas)
- Huevo
- Soya
- Trigo (gluten)
- Cacahuates y nueces
- Pescado y mariscos
Y ojo: a veces, hasta los alimentos “súper sanos” como el aguacate o el plátano pueden causar reacción. ¿Por? Nadie sabe, cada bebé es una cajita de sorpresas, literalmente.
¿Por qué pasa?
1. El intestino de los bebés viene en construcción
Todo depende de si nacieron por cesárea o parto vaginal, si tomaron leche materna o fórmula, si usaron antibióticos. Todo eso afecta la famosa microbiota, los bichitos buenos del intestino.
2. Ni tan pronto ni tan tarde
Algunos pediatras dicen que exponer al bebé muy pronto a ciertos alimentos puede irritar su pancita. Otros dicen que si los introduces muy tarde, tampoco está bien. Nada como consultarlo con tu asesor de alimentación o pediatra.

Shhh… La guía definitiva para enseñarle a tu bebé a dormir


3. Genética
Si tú o tu pareja tienen alergias, tu bebé tiene boletos para la misma rifa. No siempre le toca, pero el riesgo está.
¿Qué hago si sospecho que mi bebé tiene una intolerancia?
Respira hondo. No tires todo el refri ni entres en modo mamá CSI. Lo mejor es ir con el pediatra y platicar tus sospechas. Probablemente te recomiende una dieta de eliminación (suena fancy, pero es solo ir quitando cosas para ver qué pasa) o exámenes más específicos.
Y lo bueno: muchas intolerancias desaparecen con el tiempo. Así que sí, hay luz al final del túnel… incluso si hoy estás en medio del drama del pañal explosivo.
¿Estamos criando bebés más sensibles?
Un poquito sí… pero también vives más informada, más atenta y con más acceso a diagnósticos. Antes, muchos síntomas se normalizaban con un “es cólico, ya se le pasará”. Ahora sabemos que puede haber más detrás de esos llantos y popós sospechosas.
Que cada vez más bebés desarrollan intolerancias alimentarias es real, pero no estás sola ni es el fin del mundo. Con información, paciencia y un buen pediatra, todo mejora. Y sí, un día podrás volver a darle hotcakes sin miedo… aunque no sea mañana.