Aprendamos de otros
Existe una tribu en África, en donde la fecha de nacimiento de un niño es considerada como el día en que ese pequeño es deseado y pensado por su madre. Es decir, cuando ella decide tener un hijo, ese mismo día la futura madre se sienta sola bajo un árbol y se concentra hasta escuchar la canción del niño que será su hijo.
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Después de escucharla, va con el que será el padre y le enseña la canción para después tararearla juntos y concebir a su crío.
Al estar embarazada, la madre enseña la canción del niño a la gente de la comunidad para que, cuando el bebé nazca, canten su canción para darle la bienvenida. Conforme el niño va creciendo, si se lastima o cuando hace algo bueno, la gente de la comunidad le canta su canción.
Pero también, si el niño o joven se equivoca y comete algún error grave o incluso un delito, lo llaman al centro y la gente de la comunidad lo rodea y juntos le cantan su canción.
Esta tribu africana asegura que para reparar, modificar y enmendar un comportamiento antisocial, la solución no es el castigo o la consecuencia, sino el amor y la recuperación de la identidad, ya que cuando el niño reconoce su canción, no querrá hacer nada que pueda lastimar a otros. Cuando una pareja se une, se cantan la canción de cada uno, y cuando una persona muere, todos en la villa cantan su canción, por última vez, para ella.


¿Será que les copiamos?
Que gran enseñanza nos da esta tribu en donde la unión y la verdadera comunidad hace la fuerza. Y es que, ¿realmente nuestra sociedad hace comunidad? Si así fuera, no seríamos el país #1 en casos de bullying. Es así como muchas escuelas toman la decisión de quitarles el derecho a la educación como solución al bullying, pero lo que hacen es cerrar sus puertas a niños que han pasado la mayor parte de su vida en ellas y se les olvida que están aprendiendo a relacionarse.
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Esto no quiere decir que por ser chicos se les permita el bullying. Sin embargo, echar a la calle a un acosador o a un acosado no es una solución, ya que el acosador puede que salga de ahí sin haber concientizado e interiorizado la razón del porqué su comportamiento fue inadmisible y el acosado que se va tampoco se va con las herramientas para enfrentarse a una nueva batalla que se dará solamente en otro campo. Y así llegará a una nueva escuela un niño que pronto volverá a acosar y/o un niño que pronto volverá a ser acosado.
¿Qué no los colegios buscan brindar educación permitiendo el desarrollo integral de sus estudiantes? ¿Y que no solo incluyan los aspectos académicos, sino también aspectos sociales, emocionales y físicos?
¿Qué no al aceptar a un niño y verlo crecer forma parte de una comunidad la cual es como su familia escolar?
¿Y qué pasa con los padres de la “comunidad”? ¿Se apoyan o se critican y juzgan?, ¿Se ponen en los zapatos de los otros padres? ¿Piensan en soluciones conjuntas? ¿Ofrecen su apoyo o se hacen de la vista gorda? Al fin y al cabo si no es su hijo no será su problema.
¿Qué va a pasar si nuestro país sigue siendo el #1 en casos de bullying; hasta dónde tenemos que llegar para hacer frente a este problema tan grande?
Solución al bullying
La solución no le corresponde solo a los colegios o solo a los padres. Es importante un trabajo colaborativo en el que estén involucradas las familias, los directivos de las escuelas y las autoridades educativas para buscar soluciones que no solo incluyan que vayan conferencistas a dar excelentes pláticas que muchas veces ni siquiera son coherentes con el actuar de los colegios o incluso de los padres, sino:
- Disponer de recursos para la capacitación y obtención o creación de herramientas eficaces para abordar el acoso escolar.
- Políticas, estrategias y procedimientos claros y efectivos.
- Vigilancia constante por parte del personal el cual debe ser capacitado y sensibilizado.
- Entender que lo importante aquí no es la reputación e imagen de la escuela ante un caso de acoso, sino el salvaguardar la integridad física y mental de los niños involucrados y respetar su derecho a la educación.
- Apoyo y protección oportuna a las víctimas y sanciones adecuadas para los agresores que ayuden a ambas partes a un trabajo interno que los lleve a una reflexión profunda que contribuya al cambio verdadero.
Entenderlo es el primer paso
Es importante entender que tal vez hoy no sea tu hijo o tu familia quien esté pasando ese mal rato. Sin embargo nunca se sabe cuando un niño o adolescente en proceso de aprendizaje pueda llegar a equivocarse y para eso estamos los adultos, para cobijarlos y enseñarles a regresar al camino correcto.
Y habrá casos en los que después de haber hecho todo lo humanamente posible en forma conjunta la escuela y la familia tengan que tomar la decisión de buscar otra opción educativa para el niño. Por eso, es importante que esta no sea la primera opción de solución al bullying ya que no olvides que es un niño y tu compromiso hoy es con él pues hoy como director, maestro, psicólogo o coordinador de un colegio tienes en tus manos no solo la responsabilidad, sino también el poder de salvar y cambiar una vida.