Como mujeres es natural el deseo de vernos lindas siempre; sin embargo, debemos tener claro que la belleza no está peleada con la salud.
Cuando pensamos que sólo somos bonitas al seguir los parámetros que la sociedad establece, corremos un grave peligro intentando “encajar” en estos modelos.
Esta vulnerabilidad es aún mayor durante la adolescencia porque es la etapa en la que buscamos y definimos nuestra propia identidad; por ello es importante conocer los diferentes trastornos alimentarios a los que estamos expuestas en la búsqueda de esta supuesta “perfección” y los cuales pueden resultar fatales para nuestra salud.
Anorexia:
Consiste en lograr perder peso dejando de comer o reduciendo la ingesta de alimentos a raciones mínimas, lo cual lleva a experimentar una debilidad extrema.
Bulimia:
Es una enfermedad de causas diversas (psicológicas y somáticas) que produce desarreglos en la forma de alimentación, alternando periodos de comer compulsivamente con otros de dietas drásticas, incluyendo la auto-provocación de vómitos y la ingesta de diversos medicamentos (laxantes y diuréticos).
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Diabulimia (diabetes y bulimia):
Es un trastorno en el cual las personas que padecen diabetes tipo 1 omiten sus inyecciones de insulina con el propósito de perder peso. En algunas personas el medicamento provoca aumento de peso; por esta razón las adolescentes con diabulimia dejan de aplicarse la insulina preocupadas por su figura, sin embargo, al abandonar el tratamiento o suministrarse dosis menores a las requeridas, corren el riesgo de presentar los síntomas de la diabetes tardía e, incluso, caer en estado de coma.
Ortorexia:
Es una obsesión o preocupación extrema por la salud centrada en comer lo más sano posible, llegando a convertirse en un serio trastorno. Las personas afectadas experimentan sentimientos muy marcados hacia los alimentos. Para ellas, un producto conservado o producido industrialmente es «peligroso» y «artificial».
Vigorexia:
Se refiere a un trastorno o desorden emocional que provoca que la persona se vea a sí misma de manera distorsionada; incluso cuando ante al espejo lucen débiles y poco desarrolladas muscularmente. Esta percepción la lleva a realizar ejercicio físicos constantes de manera obsesiva- compulsiva sin importar las consecuencias.
Permarexia:
Consiste en una obsesión por la comida, que lleva a la persona a pensar que todo le hace mal, que todo le engorda y, en consecuencia, todo el tiempo mantiene una dieta estricta.
Alcohorexia:
Este trastorno alimenticio se caracteriza por la reducción de la ingesta de alimentos para ingerir bebidas alcohólicas, evitando que la cuenta total de calorías provoque subir de peso a la persona.
Recuerda que el tratamiento más efectivo es la prevención. Ayuda a difundir esta información con tus amigas, hermanas, primas y cualquier mujer que conozcas en riesgo de padecer alguno de estos trastornos.
Si necesitas mayor información o apoyo llama a los teléfonos 55241010 y 55240664 o escribe a david@montalvo.as