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El torus mandibular es una protuberancia ósea benigna que se desarrolla en la superficie interna de la mandíbula, especialmente debajo de la lengua.Aunque también puede presentarse en el paladar y a este se le conoce como torus palatino. Se estima que su prevalencia en la población general varía entre el 5% y el 40%, dependiendo de factores genéticos y ambientales.
De acuerdo con la odontopediatra María Guadalupe Rodríguez Sosa, encargada del Servicio de Odontología del Centro de Salud Ángel Brioso Vasconcelos, esta condición es más común en adultos, pero también puede desarrollarse en niños, de allí la importancia de acudir cada seis meses con el odontólogo, para que revise el desarrollo adecuado de los dientes infantiles, así como el diagnóstico de cualquier alteración.
¿Qué es el torus mandibular?
El torus mandibular es un crecimiento óseo que se presenta en la parte interna de los maxilares. Esta masa ósea varía en su tamaño y forma.
No causa dolor o malestar, pero sí puede generar alteración en la alineación de las piezas dentales.
La ciencia médica no ha precisado cuál es el origen exacto del torus mandibular. Sin embargo, se cree que existen varios factores involucrados en su aparición:
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- Herencia genética: padres, tíos o abuelos con la misma condición.
- Estímulos mecánicos en el hueso: masticar constantemente hielo, plumas escolares o cualquier objeto duro.
- Lesiones: golpes contundentes en la zona maxilar.
- Bruxismo: rechinar los dientes durante la noche.
¿Cómo se diagnostica el torus mandibular?
El diagnóstico se realiza con un examen físico durante la consulta con el odontólogo o un especialista en cirugía maxilofacial, quien puede recomendar una radiografía de la cavidad oral a fin de precisar el tamaño, la forma y la ubicación exacta del torus.
En la mayoría de los casos, el torus mandibular no requiere tratamiento, ya que no causa molestias.
Sin embargo, “en algunos niños es necesario realizar una cirugía para extirparlo debido a que afecta la masticación, el habla, la alineación dental o provoca dolor”, precisa Rodríguez Sosa quien explica que cuando el torus mandibular interfiere con el desarrollo dental normal será necesario una cirugía para extraerlo.
No obstante, “la mayoría de las personas que tienen torus mandibular les puede volver a crecer luego de la extracción, pero cuando se diagnostica y se trata durante la etapa infantil, se garantiza que los dientes no queden fuera de su lugar, especialmente porque el torus mandibular no crece rápidamente y este tiempo será esencial para que los dientes permanentes de los niños salgan de forma correcta”.
Consejos para mantener una boca sana
Con la finalidad de cuidar los dientes, encías, lengua y paladar de tu hijo es necesario que se acostumbre a la limpieza de boca, sigue estos consejos:
- Los dientes se deberán cepillar entre 3 y 5 veces al día. Al despertar, después de cada alimento y antes de dormir.
- Si tu hijo presenta alguna infección de boca o garganta, desecha el cepillo de dientes y utiliza uno nuevo al término del tratamiento.
- Cambia el cepillo de dientes cada 3 meses o antes si tu hijo lo muerde.
- Acude con el odontólogo cada seis meses para una revisión de toda la cavidad oral.
- Evita que tu crío coma dulces después de las seis de la tarde.
- Limita el consumo de jugos, refrescos y otros alimentos procesados.
- Revisa la cavidad oral de tu hijo: paladar, debajo de la lengua y encías, no solo te enfoques en los dientes y las caries.
- Evita que tu crío mastique objetos o alimentos duros. Especialmente los lápices, los hielos y los huesos de frutas, pollo o res.
Si bien el torus mandibular es una condición benigna y generalmente asintomática, es esencial diagnosticarla a tiempo y darle un seguimiento para evitar posibles complicaciones durante la edad adulta
