A veces, usar estos personajes para influir en el comportamiento de los pequeños puede tener consecuencias en su desarrollo, creando expectativas poco realistas y quitándoles autenticidad en sus acciones.
¿Por qué NO usar a Santa Claus para un buen «comportamiento»?
En lugar de depender tanto de esas figuras mágicas para motivar el buen comportamiento, es clave inculcarles valores más profundos y fomentar la empatía. Así, construimos individuos íntegros que actúan por convicción, no por esperar recompensas mágicas.
Santa Claus
En vez de enfocarnos solo en su lista de «buenos» y «traviesos», podríamos alentar a los niños a ser amables y generosos durante todo el año, ¿no crees? Transmitirles que la bondad no depende de la temporada de regalos.
Los elfos
Que se supone observan y reportan el comportamiento de los niños también pueden generar expectativas poco realistas. En lugar de enseñarles que solo deben comportarse bien cuando alguien los está vigilando, podemos mostrarles que la integridad se basa en actuar correctamente incluso sin esa vigilancia. Esto les ayuda a construir un carácter sólido y valores arraigados en la responsabilidad personal.
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
Reyes Magos
En vez de centrarnos en la idea de que solo los niños extraordinariamente buenos merecen regalos, podríamos hablarles sobre la gratitud y la importancia de compartir con aquellos que tienen menos.
Mostrarles que la verdadera magia está en la generosidad y el amor, más allá de los regalos que recibamos.
Al desmitificar estas figuras mágicas, no les quitamos la emoción de la temporada navideña, sino que les ofrecemos una conexión más profunda con los valores que representan.
Así, ayudamos a construir una base sólida para que los niños crezcan con una comprensión más rica de la magia, arraigada en decisiones diarias basadas en el amor, la empatía y la autenticidad.
En el fondo, se trata de mostrarle a nuestros pequeños que la verdadera magia está en cómo vivimos cada día. Al despegar un poco esa expectativa mágica y enfocarnos en los valores que transmiten estas figuras, les damos a los niños un regalo más grande: la comprensión de que la magia está en sus propias acciones, en el amor que comparten y en la empatía que muestran.
Al construir sobre estos cimientos, les estamos dando herramientas para crecer como personas íntegras y auténticas, llenas de bondad y generosidad, más allá de cualquier época festiva.