Incluso, los adultos con un historial de experiencias infantiles adversas y desagradables tienen una mayor prevalencia de intentos de suicidio, de acuerdo con Center on the Developing Child at Harvard University.
El cerebro y la mente sí se dañan
Los golpes físicos, el abuso emocional e incluso la negligencia pueden causar una variedad de problemas psicológicos difíciles de superar, debido a que el desarrollo cerebral se ve afectado por la falta de vínculos afectivos duraderos y respetuosos.
Lo anterior impactará en las conexiones neuronales y habrá deficiencias en las funciones del cerebro. Entonces, el menor de edad sentirá constantemente emociones aleatorias como la tristeza, temor, se aislará y estará enojado.
“Sin tratamiento, son personas que crecen con todo ese dolor, esa carga y tensión mental que no les permite ser funcionales frente a distintas situaciones”
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Estas son las secuelas que deja el maltrato infantil
Si bien cada niño vive el maltrato de diferente manera y bajo diversas circunstancias, los expertos precisan que entre las secuelas más comunes del abuso infantil están:
Incapacidad de flexibilidad cognitiva. Ello significa que los niños no tienen la capacidad de ver las cosas y/o situaciones desde diferentes perspectivas. Y solo encuentran un camino y una solución, cuando en realidad hay muchos.
Escaso razonamiento a la hora de tomar decisiones. Por lo general, los menores de edad no pueden razonar: les cuesta trabajo encontrar soluciones para resolver su día a día. Y constantemente se equivocan y, en consecuencia, son regañados. Es un círculo vicioso de error-reprimenda.
Impulsividad. Los niños no pueden controlar sus emociones y son impulsivos a la menor provocación. Esa situación los lleva a ponerse en riesgo constantemente. Y entre más grande es el niño mayor impulsividad y mayores riesgos toman.
Baja autoestima. Los niños muestran menos seguridad para relacionarse con los demás. Son temerosos, incluso tienen constantemente sentimientos de culpa. Se sienten menos frente a otros y se creen poco merecedores de lo bueno de la vida.
Problemas para formar y mantener relaciones. Los niños no saben cómo crear vínculos con los demás y podría ser porque constantemente muestran dificultades de comportamiento y les cuesta tener trabajo, amistades, noviazgos sanos y vínculos respetuosos con los demás.
De acuerdo con el Department of Justice, Office of Justice Programs, National Institute of Justice, los niños que experimentan abuso o negligencia tienen más probabilidades de desarrollar rasgos antisociales a medida que crecen, lo que puede conducir a un comportamiento criminal en la edad adulta.
La psicóloga familiar Maricela Fonseca Analco explica que nunca es tarde para mejorar los lazos familiares y resarcir el daño, por eso recomienda lo siguiente:
“Sabemos que los padres también pudieron haber sufrido abuso de niños, pero es importante cambiar a fin de tener vínculos y apegos sanos. Para ello, la atención psicológica puede ser una buena opción para evitar el maltrato infantil”