Los niños utilizan una serie de actitudes con las que logran tiranizar la relación, haciendo que los progenitores se conviertan en esclavos. Aunque las consecuencias son más que evidentes desde el primer momento, la situación va empeorando con el tiempo, acabando en una adolescencia con problemas graves de conducta.
Es aquí donde un mal comportamiento inicial desemboca en un trastorno con serias consecuencias, por lo que identificarlo y tratarlo a tiempo es esencial. Elisa Furlong, especialista en desarrollo familiar lo explica así:
“El problema radica en la falta de límites a la hora de educar a nuestros hijos. Actualmente, muchos padres de familia deciden decir sí a todo, confundiendo los lazos familiares y los roles que deben existir. No se promulga una cultura del esfuerzo, sino que se recompensa de forma material sin que existan motivos para ello y esto a la larga puede generar muchos problemas”
¿Cómo identificar el síndrome del emperador?
Antes de llegar a la adolescencia con problemas de conducta, podemos observar ciertos comportamientos que funcionan como un indicio de este síndrome, es por ello que Elisa Furlong, quien además es fundadora de Elisa Furlong Parenting Coach, nos comparte algunos de estos puntos que pueden indicarnos que nuestro hijo necesita ayuda.
No tolera la frustración
Se aburre con facilidad y no tolera que se le niegue lo que está pidiendo. Ante la frustración se enfada, se muestra violento y hay berrinches.
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Además, empeora en los espacios públicos porque suele tener actitudes comunes, sin embargo, el poner límites será necesario para que no se conviertan en un problema mayor.
Yo y yo y yo: una visión egocéntrica de su entorno
Como puede ocurrir dentro del narcisismo, el niño cree que el mundo gira en torno a él mismo. No solo aparece esta visión con la familia, sino también con personas extrañas, por lo que será necesario inculcarle con comprensión y cariño, la empatía.
No muestra empatía
Esto se hace visible cuando se relaciona con niños y niñas de su misma edad, apareciendo amenazas o agresiones, en este punto los límites también son muy importantes, así como generar un canal de comunicación con él basado en la confianza.
No acepta las normas
No acepta los castigos, los cuales ve como injustos. Además, siempre que exista una norma, tendrá la necesidad imperiosa de romperla. En este punto es donde como padres, tenemos que dejar claros los límites y las normas, para que nuestro hijo pueda entenderlas y aceptarlas sin frustrarse.
Signos de baja autoestima
Las conductas en las que aparece una necesidad de estar por encima de los demás pueden enmascarar baja autoestima, por lo que también debemos poner atención en la forma en la que nuestro hijo se esta percibiendo a sí mismo y alimentar su confianza con reconocimiento y aceptación.
Mala gestión emocional
No entienden sus emociones ni saben expresarlas. Se relaciona también con la empatía, ya que les cuesta entender también las de los demás.
“El entorno familiar debe aportar seguridad, apoyo y cariño, existiendo un desarrollo para todas las partes. Con la aparición del “síndrome del emperador”, se rompen los vínculos y los padres llegan a sentir miedo de sus propios hijos. Es importante saber que toda situación puede mejorar, siempre y cuando se identifiquen los síntomas y se busque ayuda profesional”