Montessori decía que esto es «milagroso» porque ocurre de manera natural en su desarrollo, sin presiones ni obligaciones.
Como padres, a veces queremos controlar todo, especialmente cuando se trata de nuestros hijos, lo que a veces nos lleva a interferir en su forma natural de aprender.
Hablemos de las conquistas milagrosas
Permíteme compartir una experiencia personal con mi hijo para que puedas entender mejor este concepto de «conquistas milagrosas».
Cuando mi hijo cumplió 3 años, muchas mamás me preguntaban por qué todavía usaba pañales y cuándo se los iba a quitar.
Siempre respondía que los pañales no se quitan, se dejan. Mi enfoque estaba en crear un ambiente seguro en casa y esperar a que él estuviera listo y mostrara interés en dejarlos, siguiendo su propio ritmo.
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
Un día, mientras cenábamos, mi pequeño me dice: «Mamá, quiero hacer popó». Le dije que lo hiciera en el pañal y luego lo cambiaríamos. Pero él me responde: «No, mami, quiero hacerlo en el baño». Así que lo llevé al baño y le puse un banquito que solía utilizar para llegar al lavabo.
Te recomendamos leer: Tips para el control de esfínteres
Le ayudé a sentarse y en ese momento, con curiosidad y algo de miedo, me pregunta: «Mamá, ¿no me voy a caer en el excusado, verdad?». Le respondí que no, que yo estaba allí para ayudarlo en lo que necesitara.
Para mi sorpresa, hizo popó en el baño. No puedes imaginar la emoción que ambos sentimos al lograrlo. ¡Fue una de las mayores conquistas milagrosas!
Pensé: «Wow, Leo acaba de conquistar algo increíble». Sin esfuerzo, sin estrés, simplemente aprendió de forma natural, interactuando con su entorno. A partir de ese momento, Leo dejó los pañales durante el día.
Te recomendamos leer: Ejercicios emocionales para que un niño no se haga del baño en la cama
Lo mismo sucedió con el pañal nocturno. Después de varios meses sin pañal durante el día, comenzó a avisarme cuando necesitaba ir al baño por la noche y también logró dejar el pañal de forma natural y progresiva.
Quería compartir este ejemplo porque sé que el control de esfínteres es un hito complicado y los niños pueden sufrir mucho en el proceso cuando los adultos deciden cuándo deben lograrlo, sin entender que es algo natural.
Lo más difícil es que tanto papás como hijos, entramos en un caos innecesario al no permitirles desarrollarse a su propio ritmo y conquistar habilidades por sí mismos, creyendo en sus propias capacidades.
Lo que viene después
Cuando los niños logran estas «conquistas milagrosas», algo cambia en su comportamiento y actitud hacia el aprendizaje. Se vuelven más seguros y están motivados para explorar y aprender por ellos mismos.
Además, esto es un hito importante en su desarrollo cognitivo y emocional, ya que les abre una nueva forma de comunicarse y expresar sus pensamientos.
Te recomendamos leer: Niños más independientes según el método Montessori
Al final del día, como dice el dicho, «a fuerza, ni los calcetines entran», y cuando entramos en esa lucha, perdemos la conexión con nuestros hijos y frenamos su desarrollo.
Por eso, en la filosofía Montessori, estas «conquistas milagrosas» son momentos cruciales en el desarrollo del niño. A partir de ahí, siguen explorando y aprendiendo a través de la interacción con su entorno, pero sintiéndose más empoderados, con autoestima y creyendo en sí mismos, lo que los impulsa a aprender de forma autónoma.