De acuerdo con la BBC Brasil, Josefa dejó su vida atrás después de dedicarse por años al hogar y a su trabajo como asistente social en el Sistema Penitenciario de Ceará, en Brasil. Un empleo que, según sus palabras, era rutinario, aburrido y absorbió la mayor parte de su vida, dejándola sin tiempo para ella misma y para sus propios sueños y proyectos. Cuando por fin dejó de trabajar, su familia pensó que tendría tiempo para pasar los días en casa y cuidar a sus nietos. Sin embargo, para su sorpresa, la abuelita vendió su casa, sus muebles, sus pertenencias más valiosas y sumó las ganancias a su pensión para hacer realidad su sueño de viajar por el mundo.
La señora Feitosa dijo que está orgullosa de sus tres hijos, a quienes dedicó todo su tiempo como madre, pero los nietos ya corren a cargo de ellos. “La abuela no debe criar a los nietos” comentó a los medios locales.
Lillith, una de sus hijas, en un principio se molestó con la decisión de su madre por ausentarse de la vida familiar; pero luego terminó por aceptar sus deseos de explorar otros países y entendió que como todos, tiene derecho de vivir su vida como mejor le parezca, pues nadie está obligado a nada.
“Hay una vida fuera de la cajita que llaman hogar y no me convertí en abuela solo para cuidar a mis nietos. Los amo y son mi tesoro, pero la familia debe saber respetar la privacidad de los abuelos y no exigirles cuidar ni criar a los nietos” dijo Josefa.
Sus afirmaciones causaron mucho debate en redes sociales; mientras un grupo de gente apoya la decisión que tomó y admira el valor y la autonomía de la señora Josefa, otras personas la tachan de egoísta, irresponsable e incluso de mala abuela.
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SE CONVIRTIÓ EN UNA INFLUENCER VIAJERA
Tras su polémica decisión, Josefa o “Jo” como la conocen ahora, abrió una cuenta en instagram donde narra a sus casi 23 mil seguidores, sus aventuras por el mundo. Ella dice que quiere inspirar a otras personas a vivir sus sueños y sobre todo, a gente de la tercera edad que tiene miedo de viajar o que abandonaron sus sueños por motivos familiares. “Jo” quiere recordarles que la vida está ahí para vivirla y no para pasarla encerrados en casa, con más obligaciones y responsabilidades.
Después de algunos años, Josefa ha logrado recorrer casi 40 países entre Europa, Asia y África, y le gustaría continuar con su viaje al sur de América.
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