Es decir, los recién nacidos con este síndrome no tienen expresión en su rostro, puesto que los nervios craneales no se desarrollaron adecuadamente en la etapa embrionaria y, al nacer, tienen una cara inexpresiva. Incluso, los ojos no se mueven de un lado a otro.
Síndrome de Moebius o los niños que no sonríen
De acuerdo con la Asociación Española de Pediatría, el origen del síndrome Moebius es multifactorial, donde se involucran causas genéticas, anomalías en la placenta, trastornos que impiden la irrigación sanguínea al embrión, ingesta de medicamentos prohibidos durante el embarazo y otras tantas situaciones.
De esta manera, los niños nacen con dichas condiciones pero, en algunos casos, los niños mantienen sus capacidades intelectuales intactas, sin embargo, en otros, también hay daño en el área cognitiva.
Si bien el síndrome Moebius es muy raro, pues hay apenas decenas de casos registrados en todo el mundo, también ocurre que no existe un diagnóstico a tiempo pues puede pasar desapercibido en los primeros días tras el nacimiento del bebé.
Así, entre las señales que pueden observar los padres en su hijo están:
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- Falta de movimiento de los músculos del rostro.
- Inexistente movimiento lateral de los ojos.
- Boca permanentemente abierta.
- Asimetría en la cara.
- Estrabismo
- Poca reacción a los estímulos de los padres, entre otros.
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Síndrome Moebius sin tratamiento
El síndrome Moebius no tiene un tratamiento que consiga revertir el daño tan severo a los nervios, únicamente se puede brindar apoyo al pequeño y a sus familias en cada etapa del desarrollo del menor de edad.
En algunos casos se puede realizar una cirugía que puede ayudar a mejorar la estética facial del afectado. Sin embargo, no existe una cura como tal.
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