Por ejemplo, cuando se escucha «mal de ojo en bebés» se cree que comenzará a presentar síntomas inexplicables. «En primer lugar el bebé o niño tiene un llanto descontrolado que no tiene relación con los cólicos del lactante ni el reflujo. Es un llanto muy fuerte y sin consuelo, también puede presentar sueño alterado. Es decir, le cuesta trabajo dormir, ya que cierra los ojos y se despierta rápida y continuamente; hay pérdida de apetito, diarrea, vómitos continuos o frecuentes y sin motivo», explica Irma Pérez, experta en medicina tradicional mexicana.
«Estos síntomas son muy generales y comunes de todos los niños, por ello debemos descartar, con su pediatra, la presencia de alguna enfermedad, trastorno o condición física», indica Pérez.
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Por su parte, el profesor, Ignacio Hernández -aprendiz de energías esotéricas- indica que el «mal de ojo» es un daño energético que es involuntario en la mayoría de las ocasiones.
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«Es propiciado por un intercambio de energías, por lo general entre un adulto y un menor de edad, especialmente lactante. Es un daño energético porque el adulto ‘roba’ la sana energía de los menores (la cual es pura y limpia)», explica Hernández y refiere que: «como consecuencia, en el menor se manifiestan malestares que requieren una ‘cura’ a nivel energético para que se reequilibre o revierta el daño».
¿Qué hacer para aliviar o evitar el «mal de ojo» en bebés?
«El ‘mal de ojo’ es producto o efecto de la envidia; o bien, de la admiración que siente el adulto hacia el bebé o niño y, que con su mirada poderosa, cargada o pesada inquieta al niño con tan solo mirarlo», indica la experta en medicina tradicional.
Ante ello, los padres o tutores deberán realizar lo siguiente:
☞ Limpiarlo con un huevo blanco
Compra un huevo fresco que sea blanco y se lo pasarás, crudo pero limpio, por todo el cuerpo del pequeño. Comienzas en la cabeza y terminas en los pies. Mientras lo «limpias» di una oración.
Algunas personas tiran, estrellando el huevo sobre un lienzo blanco. Otras lo rompen en un vaso de vidrio que fue llenado por la mitad con agua limpia y lo colocan (esa noche) debajo de la cama o cuna del menor, para que recoja las malas energías (el mal de ojo) que recibió el bebé. Al siguiente día hay que tirar el contenido del vaso en la coladera.
☞ Ayudarlo con la energía y fuerza de mamá
La mamá o su tutora deberá abrazar al menor con firmeza, pero sin lastimarlo y tendrá que dibujar con su lengua una cruz. Las zonas son: frente, manos, pies y corazón. Existen personas que su energía es tan equilibrada, que con sólo tocar a los pequeños los calman.
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☞ Protegerlo con el color rojo
Es común que para evitar o aliviar el mal de ojo se vista al bebé o niños con algo rojo; o bien que siempre traigan algo rojo ya sea un cordón o pulserita (colocada en la mano derecha), gorrita o playerita roja. Especialmente si se sale de casa o se tienen visitas en casa.
☞ Acompañarlo con una cruz
Algunos expertos en folkmedicina recomiendan comprar dos seguros infantiles con protección y colocarlos, en forma de cruz, en la ropa del bebé o niño, de tal forma que no se lastime la piel del menor y tampoco se vea.
☞ Resguardarlo con «el ojo de venado»
En los puestos de «yerberos» o «curanderos venden una semilla que se denomina «ojo de venado», algunas vienen acompañadas de imágenes religiosas y otras de listones o estambres rojos, que se pueden colocar en la ropa del bebé o niño o en forma de pulsera para usarlo cuando se salga de casa o se tengan visitas.
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El objetivo del color rojo y del «ojo de venado» es distraer los ojos de la persona envidiosa, puesto que prestará atención al color y no al menor de edad. Otras recomendaciones de la folkmedicina se utilizan para aliviar: el «espanto», el «mal de aire» y el «empacho», malestares que también son comunes en los niños.
En los mercados populares, donde venden remedios herbolarios, se pueden encontrar los amuletos para proteger a los bebés o niños, especialmente las pulseritas rojas y los «ojos de venado».
«Nunca hay que darle remedios ingeridos (tés, brebajes o bebidas) o baños de alcohol a los menores de edad puesto que pueden ser perjudiciales y generar trastornos gastrointestinales, cardiacos o quemaduras, entre otros«, recomienda el pediatra neonatólogo, Javier Sánchez Nava.