Preparar a tu hijo para la escuela equivale a un día extra de trabajo ¿o más?
Una encuesta realizada por Indeed aseguró que la dinámica de preparar a tu hijo para la escuela equivale a un día extra de trabajo, idea que fue reforzada por otra encuesta de Nutri-Grain que donde se estudió la rutina matutina de más de 2 mil padres de familia.
Durante la investigación se encontró que durante el ajetreo matutino equivale a que de estos 2 mil padres de familia, el 84% se plantean metas para llevar a cabo durante el año académico, pero solamente el 23% logran cumplirlas.
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Además descubrieron que el esfuerzo de tener listos a sus hijos para salir a tiempo y llegar a la escuela, es un verdadero desafío, de tal forma que varios terminan el aseo personal camino al trabajo y 43% de las madres terminan de maquillarse mientras van al trabajo y 52% de los padres se afeitan. ¿Qué? Bueno no es una cifra descabellada si admitimos que muchas veces preferimos que los niños estén listos a que nosotros lo hagamos.
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Entonces la idea de que preparar a tu hijo para la escuela equivale a un día extra de trabajo, no parece ser una frase al aire, ¿cierto? Eso si también le sumamos que los papás también somos recordatorios, pues cuántas veces no le repites las cosas para que las haga: que se lave los dientes, que se ponga los tenis o que se peine. El estudio asegura que esto equivale a decirle a su hijo que se apure 540 veces en un ciclo escolar.
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Entre las cosas que más nos sorprendieron de este estudio que demuestra que preparar a tu hijo para la escuela equivale a un día extra de trabajo, es que también para que los críos hagan caso, los padres deben sobornarlos con: tiempo en productos electrónicos (39%), tener un nuevo juguete (38%) o tiempo adicional de televisión (33%).
Muchos de ustedes se sentirán identificados con estos datos, y otros dirán que esto es exagerado, pero lo que debemos reflexionar es ¿qué estamos haciendo mal? Honestamente ¿has pensado que los niños son más lentos que los adultos? No porque esto sea algo negativo; más bien que si sabemos que nuestro hijo no va a nuestro ritmo, es preciso establecer nuevas rutinas.
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Ya sea que nos levantemos más temprano para que le de tiempo de hacer las cosas a su ritmo o que entendamos que ellos no ven las cosas como nosotros y no harán todo a la velocidad que deseas. El objetivo es no contagiarles el estrés matutino, ya que sólo lograrás que las mañanas sean un verdadero dolor de cabeza y en vez de apurarse, harán las cosas más lento.
Artículo original: mother.ly
