Además, siempre y cuando tu embarazo no sea de alto riesgo o múltiple, volar es seguro si lo haces antes de la semana 36.
Esto es crucial porque cualquier aerolínea querrá asegurarse de que el vuelo no pone en riesgo tu vida y la del bebé y quizá te pida una autorización de tu médico que indique la semana en la que estás y que tu fecha de parto no será dentro de las 72 horas siguientes al día que quieres viajar.
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Las políticas varían según la empresa, así que antes de comprar el boleto te sugerimos preguntar qué facilidades brindan y cuáles son sus restricciones. Asimismo, es primordial que primero hables con tu ginecólogo sobre tus planes de viaje.
Para que la experiencia sea más placentera y segura:
• Elige tu asiento al lado del pasillo: Así podrás levantarte cuantas veces lo necesites. Si puedes costear uno en primera clase, hazlo. De no ser así, opta por los primeros lugares ya que suelen ser más espaciosos y te permiten estirar las piernas, además de que generalmente se encuentran cerca de los baños
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• Busca tu comodidad: Coloca el cinturón de seguridad debajo del vientre cuidando que no te apriete. Usa ropa holgada, de preferencia que te puedas quitar y poner fácilmente por los cambios de temperatura
• Relájate: Utiliza técnicas de respiración, escucha tu música favorita o distráete leyendo un libro o revista de tu interés. También es un buen momento para que tomes una siesta, ¡llegarás como nueva!
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• Hidrátate: Esto favorece el riego sanguíneo y contrarresta la sequedad ambiental propia de los aviones. Evita bebidas diuréticas altas en cafeína y azúcar
• Camina cada hora: Si se trata de un viaje largo, puedes pararte a dar pequeños paseos para reducir la hinchazón y los calambres en los pies. Recuerda que el riesgo de padecer trombosis y várices aumenta durante el embarazo, por lo que es conveniente usar medias especiales para estimular la circulación y prevenir que tus venas se inflamen
• Actívate aun estando sentada: Aprieta y relaja los dedos de las manos y haz movimientos de flexión y extensión de tobillo para evitar el entumecimiento
Para que tu estancia sea más segura en el lugar de destino, es importante tener una lista de los hospitales o médicos a los que podrías recurrir en caso de una emergencia. Tampoco está de más revisar previamente la cobertura de tu seguro y preguntar qué documentos tienes que portar. Recuerda que tu seguridad y la de tu hijo son lo primordial. ¡Buen viaje!
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