El niño por su inmadurez física y mental, requiere de cuidados especiales, incluida la protección legal adecuada antes y después del nacimiento. En este problema se ven involucrados padres, médicos y la sociedad misma, los cuales deben proveer un ambiente adecuado para que el niño cuente con el derecho a nacer sano.
El maltrato fetal tiene muchos rostros
El Instituto Nacional de Pediatría es uno de los pocos centros nacionales e internacionales que cuentan con una Clínica de Atención Integral al Niño Maltratado en México (CAINM), y desde allí se ha denunciado una serie de acciones encaminadas a lesionar al niño aún no nacido.
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El estudio “Maltrato fetal: expresión clínica del recién nacido de madres víctimas de violencia física durante el embarazo”, coordinado por Arturo Loredo-Abdalá, director de la CAINM se analizó a 191 binomios madre-hijo en las primeras 72 horas de vida, atendidos en el Hospital General de Iztapalapa de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México, allí se demostró que hubo violencia física durante el embarazo en diez casos, pero psicológica en el triple y alimenticia en muchos más.
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El tercer trimestre, el de mayor riesgo de maltrato fetal
El estudio de la CAINM destaca que durante todo el embarazo las mujeres sufren violencia, pero ésta se incrementa durante el tercer trimestre. El agresor identificado fue la pareja en seis casos, en dos fue el hermano y otro familiar en los otros dos casos. La agresión fue dirigida hacia el tronco y extremidades de la mujer en ocho casos y en dos, al abdomen; la manifestación clínica predominante fue hematomas (moretones) en diversas partes del cuerpo en ocho casos, dos mujeres no tuvieron aparentemente daño físico.
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La violencia contra la mujer embarazada y su hijo es una situación poco reconocida y aceptada por el sector salud y mucho menos por la sociedad civil a pesar de su frecuencia y su resultado: la morbimortalidad femenina y la de su hijo.
Además, las mujeres embarazadas violentadas también son víctimas fáciles del consumo de alcohol y tabaco, ambos son potencialmente dañinos para el bebé en gestación.
Impacto en el recién nacido
Los expertos del Instituto Nacional de Pediatría explican que los hijos de madres violentadas en su embarazo, presentan partos prematuros, y cuatro veces más la posibilidad de presentar un peso inferior a los dos kilos 500 gramos. Por ello, cuando los niños nazcan con esas dos condiciones, se deberá observar que la madre no haya sido víctima de violencia.
Especialmente porque las mujeres embarazadas no denuncian ante las autoridades ni solicitan atención médica durante los momentos de más lesiones. El estudio del CAINM refiere que las embarazadas violentadas no accedieron a protección porque dependen económicamente del agresor.
¿Cómo denunciar el maltrato fetal?
Es indispensable desarrollar programas de sensibilización y capacitación para los ginecólogos con el objeto de detectar violencia contra la mujer embarazada, protegerla física-emocional y legalmente en caso de que exista y atender al producto de la gestación, considerando la posible repercusión física que pueda tener.
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Por ello, si conoces a una mujer embarazada que sea violentada, denuncia por ella para que le permitan tener un embarazo sano, y un nacimiento adecuado para su hijo.