Dicho dictamen también tiene la finalidad de prohibir de manera sustancial el maltrato y manejo negligente por parte de los prestadores de servicio de salud, también como violencia obstétrica.
Además se cambia el concepto de posparto por puerperio y establece que todas las instituciones de salud públicas y privadas en Ciudad de México deberán tomar medidas de higiene y seguridad necesarias.
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De acuerdo a las comisiones de Salud y de Igualdad de Género, este dictamen tiene la finalidad de que la atención médica para las mujeres sea digna y respetuosa en el embarazo y parto.
El Congreso capitalino busca tener un nuevo modelo de atención con enfoque de derechos humanos con estas nuevas disposiciones.
Paula Soto Maldonado, integrante de las comisiones de Salud y de Igualdad de Género, precisó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) refiere que todas las mujeres tienen derecho a recibir el más alto nivel de cuidado en salud, mismo que incluye el derecho a una atención digna y respetuosa en el embarazo, sin violencia ni discriminación, ya que al sufrir trato irrespetuoso, ofensivo y negligente durante esta etapa se amenazan los derechos a la vida, la salud y la integridad física de las mujeres.
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De acuerdo la iniciativa, los requisitos para el acompañamiento serán que la personas que sea requerida por la parturienta como acompañante y deberá pasar por un proceso de sanitización en una zona especial que será habilitada en los hospitales públicos en los próximos meses.
De acuerdo con cifras del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), en México, durante 2017, más de mil mujeres al día fueron violentadas durante el embarazo, el parto o posparto, y cada día murieron dos mujeres por causas prevenibles relacionadas con el embarazo y el parto.
