La evidencia biológica para la inteligencia interpersonal abarca dos factores adicionales a menudo citados como exclusivos de los humanos.
El primero es la infancia prolongada, incluido el apego cercano a la madre. En aquellos casos en que la madre (o una figura sustituta) no está disponible y comprometida, el desarrollo interpersonal normal está en peligro.
El segundo factor es la importancia relativa en los humanos de la interacción social. Las habilidades como la caza, el rastreo y la matanza en las sociedades prehistóricas requerían la participación y cooperación de un gran número de personas.
Es por lo anterior que el ser humano busca cohesión social, y la inteligencia interpersonal nos permite empatizar con las demás personas. El liderazgo, la organización y la solidaridad se desprenden naturalmente de esto.
Es una inteligencia que permite detectar y entender las circunstancias y problemas de los demás, y esto permite que sepamos cómo interactuar y relacionarnos con otros a partir de lo que vemos en ellos.
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¿Cómo desarrollar la inteligencia interpersonal?
El desarrollo de la inteligencia interpersonal en niños, así como su mantenimiento, se basa en actividades que brinden diferentes experiencias de interacción.
Es importante que tu pequeño se relacione con otros niños y pueda experimentar diversas situaciones y emociones, que pueda observar el comportamiento de los demás y lo que le rodea. Esto permite al cerebro codificar buena parte de los comportamientos que enfrentará en la vida adulta, aunque no se recuerden a la perfección.
El cerebro de un niño es neutral, por lo que desde edades muy tempranas puede adquirir hábitos de asertividad, confianza, y honestidad, que se mantendrán en la edad adulta.
Asistir a obras de teatro con tu pequeño le proporcionará un mejor desarrollo de la plasticidad de estas actitudes, ayudándole a pulir sus respuestas ante estímulos, de modo que pueda llevar cualquier interacción social a mejor término.
Jugar en casa a realizar imitaciones, ya sea de entre miembros de la familia o de personajes infantiles, es una divertida forma de asimilar y potenciar la inteligencia interpersonal como un rasgo permanente.
Asimismo, ir a campamentos, actividades deportivas y cualquier situación donde se pueda relacionar de forma segura con otros, para que empiece a entender y asimilar distintos puntos de vista, reglas de convivencia y se enfrente a nuevas experiencias.