¿Vives en un matriarcado?
Si bien es cierto que en nuestro país por “tradición” abundan las familias cuyo patriarca es el amo y señor, también es verdad que existen muchas otras cuyo pilar y sostén (no forzosamente económico) es la madre. Así, no sólo todos giran a su alrededor, sino que literalmente ella es quien determina cómo, cuándo y dónde se hacen las cosas. Es impositiva, dura, rígida y por generaciones ha marcado el rumbo. En el matriarcado ellas son las que administran el dinero y el espacio, resuelven y dan las órdenes.
¿Quién dirige, define o domina? Éstas y muchas otras interrogantes comenzarán a aparecer en una guerra casi primitiva por la supremacía dentro del hogar. No obstante, el problema no termina ahí. En ocasiones la esposa no es el enemigo a vencer, en muchos casos la gran rival es la suegra (o hasta la mamá de ésta), pues te considera incapaz de tomar decisiones y educar a tus propios hijos.
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También puede ser que, en el matriarcado, aunque no se minimice ni devalúe al género masculino, exista una figura femenina que represente la fuerza y el poder debido a que en algún momento tuvo que mostrar la garra para sacar adelante a su parentela.
Sea cual sea el origen, inevitablemente influirá en el tipo de crianza que se dará a los niños y es posible que se convierta en el conflicto principal de un matrimonio, llegando incluso a separarlo.
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
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Con el fin de evitar que el matriarcado destruya tu familia:
- Recuerda que la comunicación es primordial en todas las situaciones
- Expresa tu postura y tus creencias respecto a las relaciones de poder en una pareja. De hecho es un tema que debe tratarse antes de formalizar
- Sobrelleva las diferencias mediante disposición, apertura, convenios y compromisos
- Ten presente que la única buena negociación a la que debes llegar con tu pareja es aquella en la que ambos ganen
- No te enganches en luchas si viene y vive en un matriarcado; trata de llevar la fiesta en paz
- Pon tus propios límites y externa lo que quieres y no estás dispuesto a aceptar
- Sé cordial y asertivo, comunica tu sentir o molestia sin lastimar a los demás
- Busca puntos de acuerdo y coincidencia, en lugar de diferencias y confrontaciones
No existe una dinámica familiar que sea mejor que la otra, tan sólo son sistemas diferentes en donde el respeto y la búsqueda de consensos serán fundamentales.