10 ventajas de tener sexo
5 ventajas físicas
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Cuida el corazón
Lo decimos en sentido literal: De acuerdo con un estudio de la Universidad de Queens en Belfast, Irlanda, los hombres que tienen sexo tres o más veces a la semana, reducen a la mitad su riesgo de padecer ataques e infartos.
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Ayuda a perder peso
Sesiones candentes de 30 minutos, te ayudan a quemar 85 calorías o más, y aunque por sí solas parezcan una cantidad mínima, si calculas que lo haga de tres a cuatro días o por hora y media, al mes habrás acumulados 42 momentos románticos con tu pareja y eso, ¡es más que suficiente para bajar medio kilo!
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Fortalece el sistema inmunológico
Un estudio de la Universidad de Wilkes, en Pennsylvania, demostró que hacerlo con frecuencia aumenta los niveles de un anticuerpo llamado inmunoglobulina (IgA), que protege contra gripe, resfriado y otras infecciones. Si quieres olvidarte de los jarabes, ya sabes cuál es la solución.
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Para él: Podría disminuir el riesgo de cáncer
Se estima que las eyaculaciones frecuentes, en especial en hombres de 20 a 29 años, reducen las probabilidades de padecer cáncer de próstata, según una investigación publicada en The Journal of the American Medical Association, quienes las tienen 21 veces o más mensualmente, son menos propensos a desarrollar este mal.
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Para ella: Embellece la piel
Durante el sexo tu cerebro libera estrógenos, que son responsables de que ¡te veas más joven! Esta hormona actúa directamente sobra la dermis y la hace lucir tersa, le da brillo a tu pelo y obtienes una silueta más equilibrada. De acuerdo con David Weeks, neurofisiólogo y autor de Secrets of the Superyoung, “mantener una vida sexual activa detiene el proceso de envejecimiento”.
Las eyaculaciones frecuentes, en especial en hombres de 20 a 29 años, reducen las probabilidades de padecer cáncer de próstata
5 ventajas emocionales
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Da felicidad y te ayuda a curarte
Edward O. Laumann, profesor de sociología en la Universidad de Chicago y autor de The Social Organization of Sexuality: Sexual Practices in the United States dice: “Todos nuestros estudios lo confirman, entre más satisfecha estés en el aspecto sexual, más feliz serás en general”. Y probablemente estarás más saludable: “Hemos encontrado que la pareja feliz tiende a ser más proclive a la eficacia de un medicamento. Así que la salud en problemas médicos mejora cuando está acompañada de una vida sexual satisfactoria”.
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Reduce el estrés
Si quieres relajarte y olvidar la tensión diaria, ve a la cama. Especialistas del Instituto de Neurociencia de la Universidad de Princeton, Nueva Jersey, EU demostraron que tener relaciones dos o tres veces por semana disminuye drásticamente los niveles de cortisol u hormona del estrés. Además, al empezar los juegos previos, tu organismo segrega endorfinas o morfinas naturales, dándote una sensación de bienestar inmediata y que al cabo de los meses, termina por hacerse parte de la química “normal” de tu cerebro.
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Mejora las rutinas de sueño y el balance interior
Después de algunos besos y caricias, un masaje erótico o un orgasmo, tu sistema libera oxitocina, la también llamada “hormona de la felicidad”, que se encarga de nivelar las emociones y de darte noches de verdadero descanso. Por si fuera poco, un reposo adecuado te permite mejorar también tu presión arterial y bajar de peso.
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Brinda auto confianza
Sentirnos deseados y admirados por nuestra pareja es un “empujón” para la autoestima. El psicólogo Sandor Gardos fundador de la página mypleasure.com, señala que “Cuando las cosas van bien en la cama y te sientes complacida, al mismo tiempo adquieres más confianza y poder en otras partes de tu vida”.
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¡Es una excelente forma de conocerte y a tu pareja!
Difícilmente otra experiencia es tan íntima y profunda como tener sexo. Al hacerlo, no sólo tienes la oportunidad de sentirte increíble sino también, de utilizarlo como pretexto para expresar (o descubrir) lo que te gusta y dejar que él también haga sus peticiones. Recuerda que en la cama, el objetivo es sentirse plenos, libres y con el derecho de experimentar sensaciones nuevas. Eso, lo lograrán únicamente con un método infalible: la práctica.
